jueves, 31 de agosto de 2017

EL PREMIO QUE SE LE OLVIDÓ A ÁLVARO ARZÚ.


Por: Marlon Meza Teni





El 26 de junio de 1997, el entonces Presidente de Guatemala Álvaro Arzú, junto al comandante guerrillero Rolando Morán, vino a recibir a París un premio en nombre de la  paz de un monto de 800,000 francos franceses de la época (110,000 $ dólares estadounidenses, o si se prefiere, más de 1 millón de quetzales) suma que es de suponer fue dividida en partes iguales como reconocimiento por los acuerdos y el cese de la guerra en Guatemala. Un mes antes, el 16 de mayo de 1997, siempre Álvaro Arzú, pero esta vez con Pablo Monsanto de la URNG, habían sido también condecorados en España con el "Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional" y 5 Millones de pesetas,  el equivalente a más de 35 mil dólares hoy día. Pero volvamos al galardón de la UNESCO de París, (con el cual dicho sea de paso han sido también distinguidos, entre otras personalidades: El Rey Juan Carlos I, Nelson Mandela, Jimmy Carter, o las abuelas de la plaza de mayo, de Argentina) porque quizás a muchos se les haya olvidado, o quizá las nuevas generaciones no lo saben, pero tanto a Arzú como a la guerrilla se les reconoció con el "Premio de Fomento de la Paz Félix Houphouet-Boigny". Homenaje y valía que anualmente entrega la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, en París, y que está orientada cito: "...a rendirle homenaje a las personas, organismos o instituciones que de manera significativa hayan contribuido al fomento, la búsqueda, la salvaguardia, y el mantenimiento de la paz respetando la Carta de las Naciones Unidas y la Constitución de la Unesco". (fin de citación).
En su discurso de aceptación del galardón, el mismo Arzú diría textualmente en la capital francesa:“Recibo este premio en nombre de mi pueblo que es quien verdaderamente ha conquistado la paz”, y más adelante “esa paz (…) el profundo sentido de convicción de los actores directos y del pueblo de Guatemala, el cual ha forjado inquebrantable decisión de decir ‘no’ a la violencia”.  Pero de más está rememorar su discurso de antaño para afirmar que hoy resulta vergonzoso -justo cuando los guatemaltecos manifiestan de forma pacífica en medio de un Estado de derecho cada vez más debilitado por una crisis institucional provocada por sus mismos gobernantes-, que este señor, que devenga un sueldo para estar al servicio de su gente sea una deshonra como representante de esos reconocimientos. Porque lo que en realidad revela con su reciente alocución: "Yo firmé la paz… pero también puedo hacer la guerra", no es ni más ni menos que una apología de la guerra solo comparable a la de los fanáticos religiosos de Medio Oriente, que intentan ganar partidarios en conflictos suicidas para desestabilizar Estados aprovechándose de las fracturas sociales y del fuego que se enciende fácilmente en las venas de seres débiles, a menudo sedientos de sangre, y  de escaso juicio.
Quizás resultaría apropiado recordarle sus palabras finales en París cuando dijo: “El proceso que culminó (…) nos dejó como lecciones que siempre que existe una controversia, es preciso para solucionarla comprender las razones del otro y reconocer los errores propios, y que para ello el método es el diálogo respetuoso con un solo objetivo: el bienestar de la patria que es el bienestar de su pueblo”, (fin de citación).
Y es que hoy, al hacer una exaltación de la guerra, Arzú actúa de manera irresponsable como trabajador del Estado al servicio de la población. Lo que nunca estará de más recordarle, son algunos extractos y anexos del premio que le otorgaran en París en junio de 1997, en donde se especifican claramente los motivos del galardón: “…el fomento, la búsqueda, la salvaguardia, y el mantenimiento de la paz respetando la Carta de las Naciones Unidas y la Constitución de la Unesco".  
Y es que en resumen, para avanzar en Guatemala nadie necesita de una paz imprudente, perniciosa, y perjudicial como la que hoy pregona.



Marlon Meza Teni
París, 1 de septiembre de 2017.


     (Photo. Unknown as yet)