viernes, 17 de octubre de 2008

Jean Marie Gustave Le Clézio, el nómada de la palabra itinerante.




Una joven estudiosa me hizo descubrir la literatura de J.M.G. Le Clézio hace más de dos décadas en París. Fue un asunto muy breve entre ambos que duró menos de dos libros. Luego nos dejamos… y yo me quedé con una fuerte adicción por los libros de Le Clézio. Las personas que lo habían leído y que entonces me cruzaban con sus textos bajo el brazo me aseguraban: ¡te vas a desmoralizar con tus lecturas! No sucedió, por supuesto. Quizás por eso ninguna atribución del Premio Nobel de Literatura me ha causado hasta hoy tanta alegría como la de este 2008, otorgado a J.M.G Le Clézio (Niza, Francia. 1940) Se trata de un autor sencillamente fraternal, dueño de un universo poético cristalino, y aunque algunas veces sombrío: de gran simplicidad. Le Clézio (catalogado un tiempo bajo la etiqueta del nouveau roman,) es indudablemente el único representante vivo de la gran “Literatura” en Francia desde que Georges Perec desapareció. Artesano de la palabra, como él mismo se considera, su prosa, que se encuentra fuera de lo ordinario es sin embargo accesible, precisa y poseedora de un discurso moral impar. “Un libro es el único lugar del mundo en donde dos desconocidos pueden encontrarse de manera íntima”, la frase es de Paul Auster, pero se aplica aún más a la obra de J.M.G. Le Clézio, o dicho de otra manera: la impresión de estar frente a un ser discreto y hospitalario es inmediata desde las primeras líneas.

Con sus libros sobre mi escritorio y ahora que el otoño está a medio camino en Europa, y que los días empiezan a ser fríos y los árboles se transforman en acuarelas, creo que lo mejor para presentar a J.M.G. Le Clezio es dejarlo hablar con sus frases calurosas -imaginadas en algún desierto o alguna isla lejana, lejos de las grandes ciudades -que durante dos décadas he ido subrayando cuidadosamente en tomos, entrevistas, o anotando de sus breves pasajes por la televisión… Un escritor es sin duda alguien imperfecto, inacabado, que escribe justamente con vistas a este fin, que busca incansablemente la perfección; asegura él mismo.

J.M.G. Le Clézio escribió sus primeras novelas cuando tenía 9 años, durante un viaje a Nigeria a donde iba para conocer a su padre (“Un largo viaje”“ Oradi negro”)… Pienso que estamos condicionados por todo aquello que vivimos en los primeros años de vida… lecturas, cuentos que pudieron contarnos o pudimos oír. Es todo esto lo que otorga un verdadero destino. El resto de la existencia consiste en reconstruir este período…

De los 48 libros publicados hoy día, menos de quince han sido traducidos al español. Hecho sorprendente si se toma en cuenta sus larga estadía en México y Centroamérica, y al mismo tiempo natural si se toma en cuenta que Le Clézio es un escritor enigmático, voluntariamente secreto que -como lo prueba en El atestado” “La Fiebre” “El diluvio” “El éxtasis material”- odia las ceremonias, huye a las multitudes, aborrece la grava, el cemento, los automóviles, los semáforos, los supermercados, los micrófonos, las grandes ciudades, la sociedad consumista y cualquier sistema que vaya en deterioro del planeta y de la especie humana. A cambio: su curiosidad por el desierto, el mar, la naturaleza -inconscientemente me resulta imposible escribir una novela sin pensar en el aire, el viento, el fuego, la tierra, el agua; para mí, elementos tan importantes como la sociedad humana- las sociedades nómadas, los pueblos y las civilizaciones indígenas, los extranjeros, los vagabundos, los niños salidos del desierto, aquellos víctimas de la esclavitud, y quienes sobreviven abarrotados en las áreas marginales. En resumen: Seres pobres -algunas veces personajes incultos- que construyen con una forma de movimiento heterogéneo su propia libertad…La belleza de los pueblos pobres es invencible... escribe en El desconocido sobre la tierraQuiero escribir para la belleza del mundo, por la pureza del lenguaje... Quiero escribir para estar del lado de los animales y de los niños (...) Con el lenguaje el hombre se convirtió en el más solitario de los seres del mundo porque se excluyó del silencio”

Su Obra:

De su extensa obra quizá haya que retener varios libros: El atestado escrita muy joven a orillas de una playa de Niza, y con la cual obtuvo a los 23 años el premio Renaudot en 1963. La Fiebre”(1965) una colección de nueve relatos basados en una historia familiar, que como con la Náusea de J.P. Sartre, o El Asco de Horacio Castellanos Moya posee la magia de transmitir un malestar que instiga a un cuestionamiento; en este caso la febrilidad del lector. Le Clézio es un malabarista de las emociones profundas, un provocador de desequilibrios en un planeta en donde el orden establecido parece ser un anticipo de los grandes desastres. Entre 1966 y 1968 aparecen El diluvio” “El éxtasis material” “Terra Mata”… Lo que yo quería, era construir libros en donde hubiera una nada antes, y una nada después. 1969: “El libro de las huidas” Quiero trazar mi ruta, para destruirla, así, sin descanso. Quiero romper lo que creé, para crear otras cosas, para romperlas de nuevo. Este movimiento es el verdadero movimiento de mi vida… Entre 1970 y 1973 publica La Guerra” y “Los Gigantes” un grito de alboroto contra el ruido de las ciudades, su violencia y el espacio obstruido representado por la sociedad consumista y sus supermercados… Siempre he pensado que la literatura no debe servir para describir sino más bien para comprender lo que hemos visto y poder integrarlo en nosotros… Entre 1975 y 1977 acentúa una nueva etapa con “Viajes del otro lado en donde el mito profundo del Agua, como elemento, es confrontado a la industrialización del mundo moderno y sus redes cual trampas. En 1980 recibe el premio Paul Morand, el primero otorgado por la Academia Francesa por “Desierto”, sin duda uno de sus más logrados textos sobre las sociedades nómadas. “No había un fin para la libertad, era tan vasta como la extensión de la tierra, bella y cruel como la luz, dulce como los ojos del agua. Cada día, durante el alba, los hombres libres retornaban a su vivienda, en el sur, allí en donde nadie más sabía cómo vivir”. En 1981, mientras viaja a las Islas Mauricio y Rodríguez, escribe “Viaje a Rodríguez”. 1982-1983, “La ronda y otros relatos”; un libro peligroso de aparente inocencia en donde -como en muchos de sus textos- instala la inquietud, el peligro que deriva del azar y de la realidad cotidiana. De 1984, es importante subrayar su interés por lanzar en la Editorial Gallimard una colección llamada “a l’aube des peuples’ (al alba de los pueblos) iniciativa que comparte con el escritor Jean Grosjean, y a través de la cual, el hoy Nobel presentará en 1991 su traducción de La Relación de Michoacán. 1985, El buscador de oro (Sin duda su libro más bello de aventuras. Al origen: un texto que había empezado a escribir a los 15 años en donde narra la historia de su abuelo, un buscador de oro en las islas) De 1989 La primavera y otras estaciones” libro de 5 relatos que pone en escena a 5 mujeres. (No es de una importancia extrema definir lo que es una novela o un cuento; creo que se trata simplemente de una cuestión de ritmo). Entre 1991 y 1992 Onitsha” y “Estrella errante”. 1993-1994, la novela en donde narra la extraña historia de amor entre Diego Rivera y Frida Kahlo, “Diego y Frida”. 1995, “La Cuarentena”, editado por Tusquets en español, un libro en el cual la genealogía del propio Le Clézio se inscribe …Si mi abuelo no hubiera decidido volver a Francia después de la experiencia de una cuarentena en la Isla Mauricio, no se hubiera casado, y sin duda yo no hubiera nacido… 1996-1997, El pez dorado”, la historia de una niña inmigrante marroquí en París, inspirado por un proverbio náhuatl ‘Oh Pescado, pescadito de oro, cuídate, pues hay tantos lazos y redes tendidas para ti en este mundo’

Las palabras y los temas esenciales:

Indudablemente la aventura y la búsqueda vistas a través de los ojos de un niño es el elemento básico o el punto de partida de una obra que enseguida ramifica en temas como la soledad, el mito, la espiritualidad, la travesía, los continentes y las islas; el desencanto por las ciudades, el tiempo, el silencio, la ausencia, el desierto, las fronteras, la arena…y el mar. Le Clézio es un autor que oscila entre el sueño y la denuncia, entre la inocencia creativa de la niñez -desde el primero de sus libros (un texto inédito) en donde todo sucede en un mundo de gaviotas, hasta el más reciente de sus libros, inspirado en el personaje de su madre,Cantinela del hambre”- y el descubrimiento abrupto de la violencia adulta.

Le Clezio y el universo mítico de los Aztecas y los Mayas de América Central:

Eterno nómada, Le Clézio -que hoy vive en un sitio desconocido de Albuquerque- pasó largos períodos entre París, Niza, Nigeria, La Saguia el Hamra (al sur de Marruecos) La isla de Rodríguez, la isla de Mauricio, Nuevo México. Panamá. México D.F, y en Jacona (México) donde se detuvo por más de 12 años. Admirador del mundo Azteca y Maya afirma: “…Cambié mi imagen del tiempo después de haber estado en contacto con los indios de América (…) si hubiéramos sabido como viven los amerindios, o cómo las gentes del desierto, seguramente no tuviéramos que estar administrando tanta catástrofe (...) ellos tienen voces que las sociedades no nos dejan llegar y que tienen tantas cosas que aportarnos…La voz de Rigoberta Menchú es una voz sorprendente porque dice cosas de una gran simplicidad” Le Clézio, perfecto conocedor de los mitos, su literatura, sus sueños y las fiestas tradicionales, tradujo al francés “La Relación de Michoacán” “Las Profecías del Chilam Balam” “Tres ciudades santas” y es autor de los ensayos “El sueño mexicano” (un estudio sobre los mayas de Yucatán y Petén) y la “Fiesta cantada” una obra poética en donde plantea sus dudas y sus certezas acerca de la civilización al lado de textos de los Chichimecas, Dzibilnoac y Rigoberta Menchú. Creador de una colección (Label “Tradition” en Gallimard) el Nobel francés pudo incluir como primer título después de muchas discusiones y batallas editoriales, una nueva traducción del Popol Vúh. …Tuve la suerte de compartir la vida de un pueblo amerindio (…) experiencia que cambió toda mi vida, mis ideas sobre el mundo y sobre el arte, mi manera de ser con los otros, de caminar, de amar, de dormir, y hasta mis sueños…

El Premio Nobel:

El día en que se anunció el Premio Nobel, J.M.G. Le Clézio estaba casualmente invitado a un programa literario de la televisión francesa (para la presentación de su más reciente novela “Ritournelle de la faim”) al que no desistió a pesar de las cámaras y micrófonos del mundo entero que lo solicitaban. “Un premio literario siempre es bueno, pero el Premio Nobel es magnífico porque fue inspirado por una historia de amor (…) la historia que está al origen de este premio es maravillosa, afirmó al iniciar el programa.

Esta vez el premio Nobel de Literatura ha sido entregado a la mirada de todos aquellos niños del mundo que sufren la guerra, los deterioros de la modernidad y tienen la cualidad esencial de una mirada desnuda, sin prejuicios, a todos aquellos seres que han inspirado su universo imaginario, idealista; a los marineros del mundo, a los inmigrantes pobres de la noche que huyen la miseria de un territorio devastado, a los seres nómadas del silencio, a todos aquellos que no necesitan de un horizonte para avanzar, y a quienes desconfían del mal uso que la política da a las palabras, porque ‘Pensar es actuar, y ser sí mismo es ser los otros. No es necesario (…) estar inscrito en un partido político’. Un premio a los hombres que a diario mantienen una lucha ecológica para salvar al planeta, porque La ecología es un sentimiento antes que una política, y porque de la misma forma en que asegura en “El éxtasis Material”: Los más grandes pecados el hombre no los comete por culpa de sus sentimientos sino por culpa de su inteligencia. El premio Nobel ha sido entregado a quienes como él creen que la literatura es ‘como el mar, o más bien como el vuelo de un pájaro encima del mar, deslizándose muy cerca de las olas, pasando frente al sol..’.

Tras el misterio del color en la ciudad luz

Esta historia podría suceder en un lugar imaginario entre Guatemala, París y la ciudad de México, las tres principales ciudades en donde ha transcurrido la vida del artista guatemalteco, Juan Jacobo Rodríguez Padilla, que un día de agosto de 1922 nació en la ciudad de Guatemala, hijo del también pintor, escultor y fundador de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de Guatemala, que lleva su nombre: Rafael Rodríguez Padilla.
Esta vez conversamos en el mismo sitio en donde el cineasta Guillermo Escalón realizara hace pocas semanas un excelente documental sobre el artista. Estamos en el quinto piso, en su taller personal que está ubicado en el barrio parisino de Montparnasse, a tan sólo unos metros de la torre más alta de Francia y del último refugio de Julio Córtazar, Jean Paul Sartre y César Vallejo. Barrio y punto de referencia al que acudieron durante mas de dos siglos, intelectuales y artistas del mundo entero, que a su paso por Europa decidían aprovechar los recursos que ofrecía la ciudad luz.
Es el final de la tarde. El aire de un verano tibio y caprichoso nos llega por el ventanal abierto mientras. Jacobo me habla de su vida en medio de pinturas, esculturas, una hermosa cámara fotográfica, y un sin fin de libretas con bocetos e imágenes que muchas veces derivan de sus recuerdos o de las sorpresas que le ofrece la urbe, el metro, las conversaciones que escucha, los imprevistos que surgen en las calles y la inspiración que suele dejarle algún insomnio, como el mismo dice.
Jacobo es una fuente inagotable de recuerdos, imágenes y anécdotas en donde se adivina con facilidad una trayectoria quijotesca que incluye viajes trasatlánticos, varias estancias espaciadas entre el viejo y el nuevo mundo, y una abundante obra esparcida entre colecciones privadas y adquisiciones particulares, además de los murales de las salas Toltecas y Preclásico del museo de antropología de México que él mismo realizara en 1964, y un mural al bon fresco situado en La Gaillarde, de la costa azul, entre las ciudades de Saint Tropez y Saint Raphael.
Miembro activo, y uno de los fundadores del grupo Saker Tí, (Grupo de intelectuales y artistas fundado en 1946) Jacobo Rodríguez Padilla es un hombre discreto, amigable, y fácil de abordar, a pesar de los rasgos que pueden caracterizar en determinado momento al artista soñador, extraviado sin estarlo a la vez, en los laberintos y demonios de la creación. No hace falta mucho para descubrir que su compromiso social y político es irreprochable, y que sus ideales por una sociedad más justa siguen intactos desde sus primeros años en Guatemala, donde ingresó a la Escuela de Bellas Artes como estudiante cuando tenía 14 años... “estudié con grandes maestros, como don Alberto Aguilar Chacón a quien desafortunadamente no le han reconocido su valioso aporte como profesor y crítico, también a don Rafael Yela Günther (quien una vez me dijo: “con que usted llegue a ser una décima parte de lo que fue su padre me conformo... ”de hecho, aún hoy no sé si lo he logrado) ahí estudiábamos cuando llegó el 20 de octubre de 1944 y la caída del dictador Úbico, y fundamos, como tantos gremios, la “Asociación de profesores y estudiantes de bellas Artes”...Era el momento de la esperanza y nosotros no fuimos la excepción. Tuvimos entonces los primeros contactos con la expresión moderna y con publicaciones importantes.”
Y si hubiera que definir su estilo... ¿Existió una línea directiva o éste se impuso? “Supongo que me expreso entre primitivismo, expresionismo surrealismo y abstracción, pero la clasificación con capillas no me es muy simpática. A medida en que se descubren obras que provocan interés se dan tanteos y rechazos...El arte primitivo es imprescindible para mí porque me ha ayudado a olvidar( cuando hay que olvidar la habilidad técnica)... pero el arte popular de los campesinos guatemaltecos también me ha sido muy valiosa”.
¿Qué opinión le merece la plastica en la actualidad?... “La expresión plástica ha perdido probablemente por los aportes de las técnicas modernas. Las formas de comunicación son distintas y eso modifica lógicamente los medios de interés”.
Al referirse al espacio que cada generación de artistas intenta conquistar a su manera, Jacobo Rodríguez Padilla opina que cada generación vive realidades distintas, razón por la cual es lógico que surjan nuevas formas de lenguaje.
¿Cómo nace el grupo Saker Tí, integrado por artistas e intelectuales, existió alguna motivación en particular: sociológica, política o puramente artística? “El nacimiento del grupo Saker Tì sucede a fines de 1946, y constituye un hecho muy importante porque fue una apertura al pensamiento para la gente de mi generación. Huberto Alvarado y un grupo de estudiantes normalistas me invitó a hacer la portada de la revista “Saker Tí”. Así empezó todo. La motivación en común que teníamos era la revolución que acababa de pasar. En ese momento éramos una quincena pero con el tiempo llegamos a ser alrededor de treinta. Desde luego sufrimos persecución y hubo gente asesinada… El legado artístico es difícil definirlo pero hubo gentes tan importantes como Olga Martínez Torres, Manolo Herrarte, José Arévalo Guerra, Arturo Martìnez y varios otros más. Eramos la generación que estaba vigente pues teníamos alrededor de 20 años cuando sucedió la revolución, y esto hizo que nuestro compromiso fuera más directo que los que se integraron antes, la generación del 40, a quienes no hay que quitar ningún mérito pero que emigraron a México, como fue el caso de Augusto Monterroso, Otto Raúl Gonzáles y Carlos Illescas, entre otros. No hubo división entre nosotros, pero la diferencia fundamental es que nosotros nos quedamos en Guatemala… Cuando vino la contrarrevolución de Castillo Armas, borraron los aportes y todo lo que fue Saker Tí se bloqueó y se olvidó”.
Jacobo Rodríguez Padilla, que ha vivido un total de 30 años en Guatemala, 17 en México y 38 en Francia, y que llegó becado a París en 1953, no trabaja con los objetos sino con las ideas y los recuerdos de los objetos. Tampoco privilegia al modelo, aunque algunas veces haya que hacerlo, asegura. La evocación imaginaria es en este caso una forma de búsqueda para aportar una emoción… Emoción visual que yo reclamo como fundamental. Si no hay emoción visual, para mí no hay artes plásticas, pero ¡atención!, porque emoción visual no sólo es el color sino también la forma…
El artista, considera que sí bien es cierto que la pintura puede sufrir hoy día una forma de olvido, la escultura la padece más aún en este medio. Por otra parte, señala, que los altibajos materiales y las dificultades económicas que aquejan a un buen porcentaje de artistas tienen una implicación directa en su ritmo de trabajo... “Cuando no estoy trabajando en la pintura y en la escultura quisiera estar pensando y soñando, porque también es parte del trabajo.
¿Cuáles son sus referencias como artista? Qué personajes y qué factores han podido influir en su producción? Tendría que mencionar a Carlos Mérida, Miguel Angel Asturias, Jesús Castillo, a mis compañeros músicos de generación como Manolo Herrarte, Jorge Sarmientos que también fue sakertiano y que integró el grupo cuando yo ya estaba por dejar Guatemala. Aunque no me gusta caer en el lugar común tendría que citar también a Picasso, Matisse, Paul Klee, Gauguin desde luego, que es el primero que se ocupa del arte llamado primitivo, que después imitaron los cubistas con el arte africano.
¿Y si hablamos del exilio, esa etapa tan dolorosa que en algún momento le ha tocado vivir a muchos intelectuales y artistas?¿Cómo influye el exilio en su obra? Lo que trabajaba durante el período revolucionario era muy diferente de lo que trabajé durante el exilio, y esto a pesar de los desacuerdos que en Guatemala pude tener con los miembros del partido comunista, al cual yo pertenecía, ya que eran insensibles a lo esencial de la expresión artística y consideraban que éramos un grupo de intelectuales jóvenes que no servíamos a los fines del partido. Por mi parte, yo trabajaba la esperanza que había del país… Trabajaba el color, el verdadero color que hay en la naturaleza y que nuestro optimismo nos permitía abordar... Por aquel entonces conocí el lago de Petén Itzá, de ahí deriva el período que se ha denominado “Itzà”… Nosotros nunca nos acomplejamos del color que algunas veces en Guatemala se considera como un color exclusivo para los turistas.
Jacobo Rodríguez Padilla llegó a París con la obligación de inscribirse en una escuela a pesar de haber realizado 7 años en la Escuela de Bellas Artes de Guatemala con magníficos profesores que no tenían nada que envidiar a los Europeos, recalca. Se inscribe entonces en la Grande Chaumière y en la Escuela Superior de Bellas Artes de París...
Otra faceta de mi obra se inicia a partir de la agresión del gobierno norteamericano contra Guatemala. Esto sucede durante el Gobierno de Arbenz, que a mí me tomó en París… El exilio hace que yo descubra cosas de interés para mi trabajo…
¿Y del aspecto simbólico que influye en su creación? En tiempos de la dictadura no entraban muchas publicaciones a Guatemala. Parece mentira, pero a los pintores impresionistas los descubrí yo en el período de 1944. Conocía a los clásicos por la obra que dejó mi padre que había rozado mejor los estilos y que además tuvo amistad y le dio trabajo como profesor de “perspectiva” a Jaime Sabartés que vivió 25 años en Guatemala y que más tarde fue secretario de Picasso, hasta el día de su muerte. Yo conocía obras de Velásquez pero lo moderno nos llegó únicamente con el gobierno de Juan José Arévalo... No se puede negar tampoco que la pintura, como la música, ha recibido muchas influencias del arte africano y del arte llamado primitivo.
¿Del color, esa parte tan importante en las artes plásticas, qué diría? Quien dijo color dijo luz. El color no existe. Existen diferentes ondas de luz que percibimos como color, pero no pretendo decir que para ser artista haya que hacer complicados estudios de física, pero es evidente, que, aunque sea de forma intuitiva, los pintores manipulan estas posibilidades. En lo que a mí respecta no puedo descuidar la forma ni el color. Últimamente me he interesado en el contraluz y rozo el misterio de la luz para encontrar y expresarme con colores neutros para dar más importancia a los colores puros. Detesto la tendencia que tienen algunos artistas de hoy, de creer que una obra tiene color únicamente porque se introducen todos los colores de que se dispone... Esto me llevó a expresar el color en la línea. Con gusto he comprobado posteriormente que nuestros compatriotas Kanjobal aplican esta forma de intuición en sus telas. Pero estas explicaciones son siempre superfluas, y comparto la opinión del artista a quien se atribuye la expresión de que, cito: “lo más importante que tiene una obra de arte, es precisamente lo que no puede explicarse”.
¿Acaso pintar va más allá del deseo de querer transformar al mundo a través de un pincel?¿Qué hay del espacio interior del artista? Las transformaciones del mundo, socialmente hablando, no son siempre las que uno quisiera. Trabajar en una disciplina artística tal vez puede contribuir en algo positivo... Mientras tanto sueño, luego existo.
En materia de artes plásticas el porcentaje de mujeres que ha logrado alcanzar la fama, o al menos el reconocimiento, es relativamente bajo si se compara al de los hombres, desafortunadamente. ¿Qué opinión le merece este hecho? La conquista de los derechos de la mujer es algo relativamente reciente, por lo tanto el acceso de la mujer a muchas posibilidades lo es igualmente. Esto está cambiando, aparte del hecho de que en el pasado la mujer dio grandes figuras.
Recientemente el cineasta Guillermo Escalón hizo un documental, una retrospectiva y un panorama de su persona y del artista. ¿Que podría decir? Fue una sorpresa formidable, no porque dudara de su talento como cineasta. Me agradó, más bien, que con mi modesta aportación él haya podido hacer algo como lo que obtuvo.
Cómo ve a las nuevas generaciones en Guatemala, ¿le parece que los jovenes están bien informados acerca de la historia política, artística, social, y otras tantas cuestiones que son fundamentales para el desarrollo de una nación? Tengo la impresión, aunque no puedo decir si tengo la razón o no, pero me parece que las nuevas generaciones están muy mal informadas sobre lo que ha sucedido en el país. Al tal grado que muchos jóvenes se comportan como que si Guatemala no existiera. En el medio político incluso. Una vez alguien me preguntó: ¿qué pasó el 20 de octubre?!Eso es el colmo¿No?!
Durante el verano en Europa oscurece poco antes de la media noche. Sería largo continuar porque al artista no le faltan nunca las palabras para tejer nuevas historias. A veces salimos a degustar una cena y a tomar un poco de vino entre amigos. Todo continúa. Jacobo Rodríguez Padilla siempre está tras el misterio del color en la ciudad luz.

martes, 25 de marzo de 2008

Niños de rapiña








De niños pescábamos nubes blancas en el reflejo de una laguna. Teníamos un cayuco desde donde tirábamos el anzuelo que jamás subió con un pez, sólo con nubes hechas de noviembre. Fuimos creciendo y aquél cayuco de trancas no pudo más con nuestros años. Las nubes que talábamos a diario abrieron un camino hacia la superficie por donde libres subieron plesiosaurios.
Hoy la laguna es un pantano. Nosotros tenemos miedo y el cielo siempre esta gris. Las nubes que aún viven en el granero se han enmohecido, y sin embargo cuando las observamos a través de la luz de una vela, vemos el color de la lluvia añeja que guardan, y el color celeste de aquel cielo al que ahora le ha dado por no perder más nubes de algodón en ningún lago.


***

Los buenos pescadores son aquellos que respetan la naturaleza del océano. Son los niños que sin decirlo padecieron de lactancia en los brazos de una sirena.


***

Se supo en un puerto lejano
del noble corazón de las sirenas
porque iban a morir al igual que las ballenas
a la bahía en que naufragara un barco de niños piratas y tiranos.





***



Mi hermana lloraba, porque decía que queriendo curar
las patas a un ave enferma, le había herido las alas,
y ahora las nubes estaban manchadas de rojo.


***


Las botellas que flotan con un mensaje
no tienen ninguna esperanza, pero siempre están
rodeadas de azul.


***

De los dos pasajeros del aeroplano que naufragó en la bóveda celeste sólo uno sobrevivió al encontrar una nube desierta, pero nunca quiso enviar un mensaje en aquella botella que siempre reflejaba el azul empíreo. No quiso lanzarla nunca, por miedo de que cayera al océano y alguien la confundiera con la del náufrago terrestre que había perdido una botella con el azul del mar.










Marlon Meza Teni.
Miettes de lune / Noches de pan con luna
Poèsie
Editions L'Harmattan. Paris 2004.
Poètes de cinq continents.






















Colores que saben volar


…Unas cuantas palabras, para despertar. Un vaso de agua del mar y un ramo de orquídeas ; a medio día sopa de crucigrama, y antes de irse a la cama, una copa de frases con miel de abejas, no tan fuertes para que el sueño no traiga rejas…
Así lo explicaba el mayordomo de la casa, a la nueva criada.
-…y sobre todo sin ruido, al gorila le gustan las palabras en silencio.


***

Volando aprendí a huir del perro que me perseguía. A diario lo encontraba en la misma esquina y empezábamos, yo a correr, y él a tratar de alcanzarme furioso. Durante meses me escapé por las nubes cuando sus colmillos estaban a punto de atraparme. Un día el perro aprendió a volar y desde entonces tengo forzosamente que abrir los ojos, angustiado, para ver la constelación septentrional de Pegaso. Es el despertar lo único que se me ocurre por el momento para librarme de las alas y los colmillos del perro, porque sería muy cínico de mi parte querer hacerle entender que sólo los caballos pueden volar y que yo no tengo nada de pirata.



Marlon Meza Teni.
Miettes de lune / Noches de pan con luna
Poèsie
Editions L'Harmattan. Paris 2004.
Poètes de cinq continents.

Carnavales para el equívoco


La otra noche,
torpemente dejé caer mis somníferos
al abrir el frasco. Traté de recuperarlos uno por uno
pero al despertar me dí cuenta de haber olvidado el que fingiendo una semilla fue a esconderse en la humedad de una maceta que aceptaba la vida normal
de una planta sin problemas.

***

La palabra diccionario
adentro de un Dicccionario
es el ego de éste, disfrazado de minúscula.

***

Siempre he preferido
la inevitable ley de gravedad
de los ángeles caídos,
a la ilusión de los dudosos peldaños
que conducen al cielo.

***

El vagabundo pobre del barrio
logró bajar una nube para ponerla de almohada
pero sus sueños amanecían demasiado húmedos
y no tenía sol para secarlos.
***
Ayer,
de tanto confundir mi lengua entre la suya
una mujer me ha dicho que tenemos besos babilónicos
con torres condenadas a querer tocar
la bóveda celeste.


***


No puedo,
ni me gusta dormir con la ventana abierta,
porque se meten las brujas a robarme las manzanas
de los árboles que sueño ; le dan escobazos a mis pesadillas y se pelean con mis ogros. A éstos los tengo encadenados, la lucha no es leal y al final no son tan villanos.


***

Me desperté enredado entre tus labios
pero eran sólo mis palabras
y preferí cerrar los ojos hasta que amanecieras.

Marlon Meza Teni.
Noches de pan con luna.
Poèsie.Editions L'Harmattan. París 2004.
Poetès des cinq continents.

Constataciones Celestes




Los ángeles guardianes de una catástrofe aérea no tienen alas.

***

En París, los ángeles visten de gris.

***

En California, Los Ángeles viven celosos
por la belleza de San Francisco.

***

En Guatemala, no son quetzales, sino ángeles guardianes
los que tienen el pecho rojo por la sangre maya.

***

Los ángeles no toman vino tinto, solo blanco, para borrachos seguir transparentes e invisibles.




Marlon Meza Teni.
Noches de pan con luna / Miettes de Lune.
Poètes des cinq continents.
L'Harmattan. Parîs 2004.






Angeles callejeros III


Era una ángel, siempre lo aseguró
que tocaba y aleteaba en su ventana
hasta que él abría y la dejaba meterse entre la cama

La noche nunca pasó a mayor cosa
porque sabía que las ángeles no tienen sexo
y porque creía que soñaba

Pero una vez después de abrirle la ventana,
sufrió un desahogo y empapando delirio,
amaneció a su lado, una carta de adios
y una pluma de aquella ángel ; mojada,
que decía que la habían cambiado de humano
y tenía que partir hacia el Pacífico
antes de la madrugada.

Marlon Meza Teni.
Noches de pan con luna.
Poèsie.Editions L'Harmattan. París 2004.
Poetès des cinq continents.

El Rabinal Achí ¿Patrimonio de la humanidad, o vitrina histórica de las fracturas sociales en Guatemala?




Entrevista con Alain Breton
(publicada en la revista "Este País". Junio 2006.)


(Etnólogo, investigador del Centro Nacional de Investigaciones
Científicas de Francia, especialista y traductor
del Rabinal Achí al francés)


Por: Marlon Meza Teni

1. ¿Qué es y qué significa, en palabras de Alain Breton, el Rabinal Achí?

Yo diría que el Rabinal Achí es un texto prodigioso y misterioso. Prodigioso porque: 1/ que yo sepa, no hay otro texto al cual se le pueda comparar. Tanto por su arquitectura general (repartición de los protagonistas, equilibrio de los cuatro actos, revelación progresiva del mensaje) y su construcción (en diálogos) como por su forma tan peculiar y sistemática de paralelismo semántico o gramatical, sin olvidar que se trata de un juicio político, un género poco representado en la literatura; 2/ es el único ejemplo viviente de toda una serie de piezas que, antaño, los Mayas de los Altos de Guatemala solían producir y representar pero que, con los años y la presión de las autoridades eclesiásticas coloniales, abandonaron poco a poco.
Ahora el misterio que rodea este texto se expresa, para mí, en dos preguntas. ¿Cómo este texto logró sobrevivir en Rabinal (y en ningún otro lugar) durante tantos siglos? ¿Cuál fue su forma narrativa original, sabiendo que el texto actual no es más que una transcripción en escritura latina, sin duda hecha en el siglo XVI? Si la fecha que yo asigno a la creación histórica del texto, o sea la segunda mitad del siglo XV, es correcta, entonces hay que admitir que debió de existir una versión anterior a la Conquista, bajo la forma de códice o de lienzo, cuya pictografía servía de soporte a la narración oral.
Por otra parte, recordémonos que el texto sirve, aún ahora, de guía para un baile, llamado Xajoj Tun, y que seguramente este baile nos proporciona una imagen, sin duda empobrecida, de los grandes ritos políticos del periodo Postclásico en los cuales se destacaba la figura triunfante del rey.
Por todas estas razones, nos encontramos frente a una obra única en el patrimonio cultural e histórico de las Américas que, sin duda, merecía ser reconocida internacionalmente.


2. Precisamente, en noviembre pasado (2005) Unesco declaró “Patrimonio oral e inmaterial de la humanidad” al ballet drama Rabinal Achí. ¿Qué se espera de ahora en adelante...?

Dicho reconocimiento de parte de la Unesco, es una distinción, una labelización, que no significa ayuda económica directa. Ahora, es responsabilidad del gobierno de Guatemala hacer lo necesario para proponer y apoyar iniciativas que permitirán perennizar el asunto. Y aquí es donde se presentan las dificultades, interrogantes y ambigüedades, de índole político, cultural y ético. El Rabinal Achi es, ante todo, un ritual que tiene su propia temporalidad y espacialidad, o sea que toma todo su significado en un contexto específico. Antaño, se representaba en Rabinal cada siete o trece años, era una manifestación muy valorada que tenía preparativos largos, otros rituales asociados, y una serie de prohibiciones alimenticias y sexuales para los que actuaban. Desde hace varios años, la frecuencia de las representaciones tiende a acortarse, hasta ser casi anual, y eso significa un cambio muy importante, aunque se mantiene como ritual relacionado a las fiestas de San Sebastián (figura cristiana del sacrificio) y San Pablo (santo titular de la comunidad). Considerar al Rabinal Achi como un puro espectáculo que daría funciones a la demanda (en los festivales folklóricos nacionales e internacionales, o con fines turísticos) sería un cambio drástico e irreversible. Ojalá que las autoridades, a cualquier nivel que sea, no se aprovechen del reconocimiento y de la eventual ayuda que podrían proporcionar para instrumentalizar la representación de la danza. Ya hubo intentos, tanto por parte de la municipalidad como del ministerio de la Cultura, o, más recientemente, del Congreso de la República. El Rabinal Achi no se puede comprar, y los encargados y bailadores deberán de ser firmes en mantener una cierta ética que le evite caer en esta categoría de pseudo-rituales neo-mayas que hoy se multiplican, a la demanda y contra pago.
Yo siento que ahí hay un reto muy difícil, y si tuviera un solo consejo que dispensar, sería el que se deje vivir al Rabinal Achi respetando su propio ritmo.


3. Curiosamente el gobierno de Guatemala no quiso pronunciarse al respecto en el momento oportuno y, sin embargo, pronto se habló de un plan de acción en el cual éste (es de suponer que mientras tanto se informaron) y una serie de entidades se comprometen a salvaguardar la pieza. ¿Qué opinión, y qué reservas le merece todo esto?

Si bien he participado, con muchos otros, a armar y defender la candidatura frente a la Unesco, no he seguido todas las etapas del proceso. Sólo sé que hubo mucha motivación y dedicación por parte de quienes fueron encargados de dicha candidatura.


4. Guatemala es un país de terribles fracturas y divisiones étnicas y sociales. Es sabido que desde la conquista española, con excepción de un par de gobiernos, todos los demás han sabido aprovechar y hasta fomentar las querellas étnicas. Aparte del aspecto mítico de una obra literaria que se considera hoy como la única pieza teatral prehispánica que ha sobrevivido en toda América, y sea cual sea el fondo de este reconocimiento por parte de Unesco, ¿Cree usted que la división entre los pueblos merece ser exaltada por una dependencia de las Naciones Unidas, organización que funge como lazo de unión entre los pueblos? ¿No hay cierta ambigüedad en el hecho de que el Rabinal Achí sea una pieza que representa la separación de dos pueblos?

No… No diría las cosas así.
Primero, el Rabinal Achi no vanagloria en absoluto la separación o la división entre los pueblos (en este caso entre los Rabinaleb y los K’iche’). Al contrario, el texto denuncia el juego peligroso y anticuado del guerrero K’iche’ Achi’, que sigue siendo agresivo hacia los Rabinaleb cuando las autoridades tutelares han emitido propuestas para que los dos pueblos dejen de fomentar la guerra (“Dejemos de consumir [sacrificar] a nuestros hijos y hagamos crecer juntos nuestras puntas de ayote…”). He mostrado en mi análisis del texto que a K’iche’ Achi lo condenan por negarse a la paz y porque representa el caos del pasado (marcado por constantes conquistas y guerras interétnicas) y que este caos debe de ser sustituido por un nuevo orden social y político en el cual el guerrero se mantenga fiel y subordinado a la autoridad del rey. Un poco así como las constituciones modernas que colocan a los ejércitos bajo la juridicción del poder civil. Además, el juicio hecho a K’iche’ Achi es muy democrático en su forma y el acusado tiene todo el derecho a defenderse de manera contradictoria y, si se arrepiente, hasta de ser adoptado por los Rabinaleb, pero, al final, él es quien rehusa las ofertas, se encierra en un comportamiento airoso y provocativo y se condena a sí mismo a una muerte anunciada. Tenemos un caso similar en la actualidad con el juicio de Saddam Hussein, y no dudo un instante en que tal comportamiento sería el mismo que mostrarían algunos militares, que conocemos todos, frente a sus jueces durante un improbable juicio.
Segundo, hay que ser realista, creo que este reconocimiento del Rabinal Achi por parte de la Unesco es una decisión política, o más bien dicho, estratégica: entre los diferentes candidatos, la institución internacional tiene que tomar en cuenta los orígenes geográficos y los contextos culturales de los que va a premiar con el fin de garantizar una justa repartición. No sé cuáles fueron los demás candidatos americanos o amerindios, pero seguramente el Rabinal Achi era, para el año 2005, el mejor candidato para este continente.
Tercero, y con la misma reserva, pienso que ni siquiera la mitad de las personas que tuvo el expediente entre sus manos se tomó la molestia de leerlo o de entrar realmente en la substancia del texto. Es una inquietud grande la que tengo en cuanto a la capacidad de los lectores de meterse de lleno en los textos-fuentes. Prefieren remitirse a los comentaristas y así lucir en los salones, cenas y otras charlas en vez de forjar su propia opinión. Y eso se verifica tanto en Francia y Europa como en Guatemala en donde, además, con sólo decir “Rabinal Achi” o “Popol Vuh” a la gente le provoca una postura mezclada de respeto e ignorancia... Las cosas “sagradas” son sagradas y punto. Incluso en Rabinal, muchos ahora toman consciencia de la importancia del texto local sin que por ello lo conozcan realmente o se pongan a leerlo.


5. Desde Brasseur de Bourbourg, a quien le fue dictado el drama en Achí, Georges Raynaud, quien según el mismo Asturias pasó cuarenta años traduciendo el Popol Vuh del quiché al francés, hasta llegar a usted, Alain Breton, que también tradujo el Rabinal Achí, resulta evidente el interés de los investigadores franceses por lo que sucede en “este país”... ¿A qué se debe?

Bueno, a los franceses (y a los europeos en general) del siglo XIX les encantaban las antigüedades (seguramente una consequencia de la campaña napoleónica de Egipto) y los científicos franceses siempre han sido de los primeros en interesarse en los Mayas. Podríamos citar a decenas de exploradores, arqueólogos, eruditos, que han participado desde el siglo XIX al “descubrimiento” de la cultura maya antigua pero también de la actual.
En épocas más recientes hubo en Guatemala una serie de misiones científicas dirigidas sucesivamente por Henri Lehmann y Alain Ichon en Colotenango, Mixco Viejo, y varios proyectos interdisciplinarios (en los cuales tuve el honor de participar) en la región de San Andrés Sajcabajá (El Quiché) así como en Rabinal y el Valle del Chixoy. La violencia nos ha alejado de Guatemala durante varios años, pero ahora tenemos una presencia institucional permanente con la antena del CEMCA (Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos) que se abrió en 1987 y que, desde entonces, desarrolla varios proyectos en las diferentes disciplinas de las ciencias sociales, organiza conferencias, coloquios y seminarios y publica los resultados de las investigaciones. En Francia, hay mucho interés por los estudios mayas, de parte del público en general que viaja más y más, y en particular de los estudiantes. También forma parte de nuestro trabajo enseñar en la universidad la historia, etnohistoria, lingüística, epigrafía, literatura, y antropología de los grupos mayas de América Central (incluyendo Chiapas y Yucatán).


6. Puede contarnos cómo se da y cuánto tiempo le llevó su traducción del Rabinal Achí.

Es una larga historia -a la vez científica y personal-, la que me llevó a trabajar el texto. Como antropólogo, estuve trabajando en Guatemala desde 1976 y en Rabinal desde 1978. El objetivo era estudiar la religión popular y la organización de las cofradías. Con el tiempo, hice un estudio más amplio de las prácticas y discursos rituales, abarcando lo que llamamos “literatura oral”, o sea la memoria indígena inscrita en los parlamentos y exégesis de los especialistas religiosos. De regreso, después de los años más negros del conflicto, orienté mis investigaciones hacia las representaciones políticas de la autoridad y del poder entre los Achi de Rabinal y Cubulco, y me di cuenta de que estas representaciones tenían raíces muy profundas en la historia. Claro está que ya conocía el Rabinal Achi (las versiones de Brasseur y de Cardoza y Aragón), pero no me llamaba la atención más que como un episodio anecdótico de la historia local. Pero con el paso de los años -con proyectos vinculados hacia las representaciones de lo político, y también con más conocimientos de la lengua local-, el Rabinal Achi me apareció como un texto eminentemente político e indispensable para informarnos acerca de las representaciones antiguas de la guerra, del poder, de la historia, así como sobre las figuras del guerrero y del rey (temas omnipresentes en la cultura Clásica, pero menos documentados para el Postclásico). Ya trabajaba, de manera continua desde 1986, con don José León Coloch, excelente colaborador para la traducción de los textos rituales que yo había grabado y recopilado anteriormente en las fiestas y santuarios de las cofradías, cuando, un día de 1987, él me presentó el viejo cuaderno de Manuel Pérez (1913) que conservaba mientras era él el encargado del baile de Rabinal Achi. Esta fue la chispa que me hacía falta para emprender la transcripción y hacer, con él, una primera traducción ágil del texto. Trabajamos juntos unas tres semanas y viajamos a los distintos lugares señalados en el texto, reconociendo y reconstruyendo el escenario de las acciones, y elaborando y discutiendo nuestras respectivas teorías. Al fin y al cabo, en el libro que publiqué en francés en 1994, en castellano en 1999 (en inglés próximamente), el texto, su análisis y las interpretaciones salieron muy diferentes de las que se dibujaban en el campo. Mientras tanto, yo había recopilado todos los estudios históricos posibles, examinado en detalle otros textos y, sobre todo, trabajado una quincena de diccionarios coloniales que se acercaban más a la lengua del siglo XV, época en la cual fue sin duda creado este texto. Con el acuerdo de mi amigo, don José León, obtuve la autorización para publicarlo y firmarlo con mi nombre.
Quiero añadir, si me permite, que este libro es una obra académica de 450 páginas, por supuesto difícil de leer y relativamente cara. Tenía el deseo de publicar un libro más chiquito y de costo reducido para divulgar y dar a conocer este texto que, no lo olvidemos (con o sin el label Unesco), es una obra maestra de la literatura universal. Es cosa casi realizada, puesto que pronto saldrá en la editorial Artemis Edinter un librito que restituye el texto fuente del Rabinal Achi, en español (en la excelente versión que hizo Jorge Martínez a partir de mi propia versión francesa), sin notas ni comentarios, sólo unos mapas para ubicarse y destinado al público en general, guatemalteco e hispanohablante…


7. La antropología, la etnología –desde luego la política–, y hoy una nueva tendencia pseudo-intelectual y pseudo-culta, siguen utilizando la imagen del indígena para ganar protagonismo; pero... fuera del Rabinal Achí, el Popol Vuh, los Libros del Chilam Balam, y otras tantas expresiones literarias y artísticas que el hombre y la historia han sublimado ¿Cree usted que en la actualidad se valora en su justa medida la expresión artística del indígena? ¿Cuál es el balance, y los aspectos positivos que esta fiesta alrededor del Rabinal Achí abre al arte índigena hoy día?

Que la expresión artística indígena sea valorada a su justa medida, no lo creo, pero es un proceso en curso, que empezó en 1992 con el Premio Nobel de la Paz a Rigoberta Menchú, luego con los Acuerdos de Paz y con el Decenio de los pueblos indígenas decretado por la ONU, y este proceso no se va a detener. En 15 años, los Mayas ganaron mucha visibilidad en el paisaje social, cultural y político de Guatemala, y el reconocimiento del Rabinal Achi por la Unesco participa de este proceso. Ahora bien, no hay que conformarse con la situación actual ya que queda mucho por hacer. Aunque de nuevo, el peligro sea la folklorización de la cultura indígena o su instrumentalización con fines políticos o turísticos. No olvidemos que se trata de una cultura milenaria, vigente y activa. Ella resiste desde siglos a su aniquilación y ella misma sabrá transformarse, adaptarse al mundo moderno y globalizado, y sabrá defenderse a su manera de las agresiones o manipulaciones externas. Queda claro que la expresión de la identidad maya va a inventar nuevas formas y modalidades, pero ésta misma identidad está demasiado anclada en la historia y en la tierra como para fundirse mañana en una suerte de ciudadanía anónima.


8. He oído decir que el interés de los investigadores extranjeros es como un azadón, y que Guatemala les interesa únicamente como un territorio históricamente fértil del cual pueden sacar provecho, pero que no existe la reciprocidad científica de los investigadores franceses hacia los guatemaltecos ¿En qué medida el trabajo de investigación de los guatemaltecos ha fortalecido el suyo? ¿Puede citar algún ejemplo?


Hablemos claro. Como antropólogo, yo pertenezco a una comunidad científica que no conoce fronteras, y tengo tanto respeto hacia mis colegas guatemaltecos como hacia los demás. En cuanto a la reciprocidad, las publicaciones, pero también las ponencias en los coloquios o las conferencias, son las formas naturales de comunicación compartida dentro de la comunidad. Ahora bien, es verdad que si Guatemala tiene eminentes historiadores, sociólogos, politólogos, arqueólogos… la antropología se ha quedado atrás. Quizás por ser tan fuerte en Guatemala la ideología de “lo nuestro”, esta disciplina no ha conocido grandes desarrollos teóricos y prácticos. Como la astronomía, la antropología es una observación distante del Otro; si no existe este distanciamiento, la vista analítica y crítica está tapada. Imagínese a alguien mirando una foto de muy muy cerca... sólo ve une serie de puntos, pero no se da cuenta de que estos puntitos forman un conjunto ordenado y significante. Al mirar los rasgos culturales (herencia del “indigenismo”), se pierde la percepción de la totalidad. Una vez aclarado esto, debo decir que tengo excelentes colegas antropólogos que sí hacen trabajos de muy buena calidad, mujeres en particular.


9. Un sin fin de personas asoman de pronto y se adjudican –como suele suceder– este logro. Aparte del pueblo Achí, que pudo salvaguardar este ballet durante siglos. ¿Cuál es la parte objetiva y cuál la caprichosa, y “oportunista” si hubiera que situar las cosas en un contexto y dar al César lo que es del César y un verdadero reconocimiento a quienes han trabajado en la sombra con esmero? ¿Podría citar nombres?


Por supuesto, hay oportunismo en todo esto, pero lo que importa es el resultado. Lo que yo sé, es que desde años atrás, pocos hombres de Rabinal –don Esteban Xolop y don José León Coloch por no citarlos– han llevado la representación del Rabinal Achi a puros hombros, con dedicación, devoción y sacrificios, a expensas de su economía doméstica, de su vida familiar y, a veces, de su propia salud. También hay que citar a los bailadores anónimos sin los cuales la danza no sería sino un recuerdo del pasado. Pienso también en los sucesivos copistas del texto, Bartolo Sis y Manuel Pérez siendo los últimos conocidos, que con una infinita paciencia se dedicaron a copiarlo escrupulosamente aunque pocos versados hacia la escritura. En lo que concierne al expediente presentado ante la Unesco, no conozco a todos los interventores, pero he visto en varias oportunidades a los encargados del Ministerio de la Cultura y del IDAEH en relación con la candidatura y le puedo confirmar que hicieron muy bien su trabajo


10. ¿Sigue trabajando actualmente en el Rabinal Achí? ¿Cuál es su conclusión después de esta fiesta?


Ya no trabajo directamente sobre el Rabinal Achi, pero sí sigo trabajando en Rabinal, con otros bailes, con otros textos, con otras personas. Hace 28 años que estudio allí las tradiciones, la historia, la cultura (o las culturas puesto que me interesa también la sociedad ladina local). La violencia y la modernidad han transformado profundamente las reglas del juego social. Rabinal es un observatorio perfecto de estos cambios que afectan a las poblaciones de Guatemala y que seguiré estudiando, analizando, y queriendo. La antropología, tal como la concibo, necesita paciencia y determinación, distancia e intimidad. Ante todo, si nunca se debe olvidar que es una ciencia social, no deja de ser un arte de vida y un diálogo ininterrumpido entre humanos.

lunes, 24 de marzo de 2008

Paul Auster...Cronología a libro abierto




‘El mundo está en mi cabeza
mi cuerpo está en el mundo’
Paul Auster







Marlon Meza Teni
(Suplemento de la revista "Este País")



Quisiera hacer un acercamiento y hablar de la obra de Paul Auster de la misma forma en que se habla de un amigo del cual se conocen muchas cosas y al mismo tiempo se desconoce todo o casi todo, pues es en los viajes futuros que existen bajo la pluma de un escritor que la magia de la literatura asoma ofreciendo sus más bellos misterios.
Paul Auster, poeta, traductor, crítico, novelista y escenarista, es quizás uno de los escritores norteamericanos más brillantes de la actualidad literaria mundial. Autor de una extensa obra que tiene como escenario principal a la ciudad de Nueva York; explorador de grandes temas que van o derivan de la soledad hacia el azar, y viceversa, lector ferviente de Pascal, Montaigne, Cervantes, Shakespeare y Kafka. Especialista de los abismos profundos del alma y heredero de la tradición literaria americana de Hawthorne, Whitman, Faulkner, Paul Auster es admirador de la obra de Melville a quien considera como el mejor novelista norteamericano del siglo pasado; autor prolífico que se siente impregnado de Montaigne y de Kafka como personajes que lo habitan en alguna parte de sí mismo, y que luego de leer a James Joyce viajaría a Dublín -errando por las calles- con el fin de penetrar los escenarios del escritor irlandés…
Paul Auster nace el 3 de febrero de 1947 en Newark, Nueva Jersey, de padres de origen judío y abuelos emigrados a Norteamérica (Europa Central del lado de su padre y Polonia del lado de su madre)…
...No soy creyente ni practicante, pero si estoy a pesar de todo muy vinculado a mis orígenes judíos, aunque se trata más que todo de un lazo filosófico e histórico...
En1957 y cuando tiene apenas 10 años de edad, sucede un hecho fundamental en su vida, ya que descubre la biblioteca de un tío que habría traducido al inglés a Virgilio y a Homero, y porque hasta entonces ha crecido en un hogar en donde la ausencia ‘casi total’ de libros hubiera podido también modificar definitivamente su destino.
Fue mi primera biblioteca y sin esos libros probablemente yo no me hubiera convertido nunca en escritor…
Paul Auster tiene apenas 12 años cuando comienza a escribir poesía y relatos breves que más tarde él mismo calificará de ‘pequeñas narraciones tontas y sin interés… y sin embargo, hoy,

cuando la edad de oro de la poesía norteamericana está cerrada ( es decir el período de un siglo que comienza con las hojas de hierba de Whitman, y que acaba aproximadamente con los Cantos de Pound) la obra poética de Auster puede ser considerada como un equipaje de primera importancia junto a la poesía de John Ashbery, pues con Auster el poema se convierte en la expresión de una aventura humana.
-...Con la distancia, puedo afirmar que mi poesía es en realidad una parte de mi mismo que no puedo negar, y que ésta dio origen a todo lo que escribo hoy...
A los quince años, sucede otro de los hechos fundamentales en la vida de Auster cuando asiste por primera vez a un partido de béisbol de los Mets de Nueva York. El béisbol será desde entonces no sólo un tema recurrente en toda su obra; (durante sus años de penuria inventara un juego de cartas llamado Béisbol acción y también escribirá una novela policíaca bajo el seudónimo de Paul Benjamín llamada Pelota falsa) sino que además se convertirá en una filosofía a la que acude al decir que se trata del único deporte en el cual no hay que estar muy feliz cuando se gana, ni demasiado deprimido cuando se pierde, y asegurando que sin duda alguna el béisbol ha sido una influencia evidente, creadora de mecanismos inconscientes provocados por la estructura linear de este deporte que tanto le apasiona, y que se desarrolla como un juego lento en el espacio y en el tiempo, de tal forma que un partido puede no sólo variar en cualquier instante sino también resultar teóricamente infinito.
En esos años Paul Auster lee por primera vez ‘Crimen y castigo’ de Dostoievsky, y enseguida se impregna de la obra de Scott Fitzgerald, Faulkner, Hemingway, Dos Passos y Salinger…La idea de convertirme en escritor empezó a perseguirme seriamente en ese momento, ( a los 15 años )… de pronto pasaba el tiempo escribiendo historias en las cuales los protagonistas principales eran niños, gentes solitarias, y poetas…
Paul Auster tiene 18 años cuando ingresa a la Universidad de Columbia, en donde estudia literatura francesa, inglesa e italiana de 1965 a 1970. Durante ese período trabaja también por primera vez en la traducción de textos de poetas franceses, lo cual será una de las bases más importantes de su formación como escritor. Labor contemporánea a la de su propia poesía.
…Traducir, es romper el texto y destruirlo para enseguida construirlo de nuevo por completo. En el transcurso de un trabajo semejante uno aprende tanto de si mismo como de la poesía… Me sumergí literalmente en la poesía porque esta constituye el fundamento mismo de toda literatura…Quería descubrir y masticar la literatura de otros escritores y penetrar en sus palabras…
Ese mismo año, Paul Auster hace su primer viaje a París y vive durante un año en el distrito 13 en donde descubre otro de sus temas recurrentes: El espacio cerrado de una habitación, sitio en el cual la distancia entre las cosas, a pesar de constituir un universo de objetos definidos, es al mismo tiempo un universo ilimitado en donde todo puede suceder.
Paul Auster vuelve a París en 1967 gracias a un programa de intercambio y luego de abandonar la universidad por un desacuerdo con su director de tesis, en ese entonces se dedica a escribir poemas de septiembre a noviembre, sueña con quedarse a vivir en París, y trata de convertirse en cineasta pero es rechazado en el IDHEC ( Instituto de altos estudios cinematográficos) Por ese entonces escribe también largos y fastidiosos escenarios para películas mudas en los cuales cada gesto está detallado de forma excesiva y casi obsesiva.
A los 21 años Paul Auster empieza a garabatear las primeras versiones de una novela que mantendrá a su lado durante casi veinte años y que formará parte de los textos que él mismo considera hoy como sus novelas de formación: ‘En el país de las últimas cosas’ ‘El palacio de la luna’ y ‘Mr Vertigo’
Paul Auster tiene 23 años cuando decide trabajar como ayudante en un barco petrolero que recorre el golfo de México. En ese entonces limpia los baños de la tripulación y realiza las tareas más bajas en apenas 2 horas diarias, reservando para sí el resto del tiempo, que utilizará para leer y trabajar en el borrador de ‘El Palacio de la luna’. Meses después, y con el dinero de aquella aventura sobre el mar viajará de nuevo a París, en donde por fin se instala, y en donde para subsistir acepta trabajar como recepcionista en la antena del New York Times, como profesor de inglés, como traductor, y hasta como escritor anónimo al servicio de otros escritores. Un año después Paul Auster sufre una separación amorosa y el escritor Jacques Dupin le presta una pequeña buhardilla parisina en una calle cercana al museo del Louvre... Fue en este sitio que empecé a tomar en serio mi carrera de escritor… Mientras en Nueva York una pequeña editorial publica su ‘Pequeña antología de poemas surrealistas’ Paul Auster decide orientar sus intereses hacia la poesía y los ensayos críticos, de los cuales podría decirse que surgen como un deseo insaciable de leer, comprender, y analizar las obras antes que rendir un homenaje a sus autores. De hecho y si existe un ensayo esencial e ineludible en la obra ensayística de Auster, es el consagrado a la novela del noruego Knut Hamsun El hambre, del cual en cierta forma se sirve para dar título a la serie de ensayos críticos recopilados en El arte del hambre. Es importante subrayar, que el héroe de Knut Hamsun ( en el cual Auster, estudiante, basa su tesis de licenciatura) es el modelo sobre el cual serán construidos una gran parte de los personajes ‘austerianos’
… Escribir acerca de otros escritores me ayudó a aclarar mis preguntas relativas a la prosa…
Por esos meses recibe la visita de su padre que decide por primera y única vez viajar a Europa… Nuestro encuentro parecía sacado de un libro de Dostoievski; el padre burgués que visita a su hijo en una ciudad extranjera y encuentra al joven poeta, solo, en una buhardilla, y devorado por la fiebre…
En 1973, a pesar de haber decidido su regreso a los Estados Unidos, Paul Auster acepta cuidar la casa de campo de un amigo en el sur de Francia. (Estadía que será ampliamente comentada en su libro ‘La invención de la soledad’)
Un año después, en 1974, Paul Auster regresa a Nueva York con 9 dolares entre la bolsa, época paralela -cuando se publica su traducción al inglés de los poemas de Jacques Dupin ´Fits and Starts’- en que también sale editado su primer poemario ‘Unheart. Paul Auster traduce mientras tanto a Mallarmé, a Joubert, a Sartre, a Simenon, y lee y re-lee a sus grandes autores: Kafka, Hamsun, Beckett y Paul Celan.
…Mi ambición era ser novelista. Entonces, tenía libretas llenas de palabras que no servían para nada ni para nadie…
En 1976 se publica su poemario Wall writing, período durante el cual también escribe tres piezas de teatro en un acto. La primera: Black out, Laurel and Hardy go to Heaven, que más tarde será utilizada en su novela La música del azar, y por último Hyde and Side, de la cual extrae algunas frases que aparecerán más tarde en su novela ‘En el país de las últimas cosas’.
En 1977 nace su primer hijo, Daniel, hecho que marcará enormemente la vida del escritor, quien dirá más tarde: ser padre lo ata a uno a un mundo desbordante. A la continuidad de las generaciones y a lo ineludible que resulta ser la muerte. Uno comprende entonces que se existe en el tiempo, y es a partir de ese momento que ya no puede percibirse nada de la misma forma ( ‘El arte del hambre’)
…Es interesante constatar que no pude escribir mis novelas antes de convertirme en padre.
1978 resulta ser un año particularmente difícil y de extremas dificultades económicas para Paul Auster que cuenta en una entrevista:
...Todo iba mal. No tenía dinero, mi matrimonio se estaba desintegrando y mi hijo era apenas un niño. Los muros estaban cerrándose sobre mí. Fue en ese momento que decidí abandonar la poesía…
Para tratar de ganar dinero inventa entonces un juego de cartas (‘Beisbol Acción’) con el cual simula una partido de béisbol en donde cada carta tiene un papel específico, pero al tratar de venderlo, todo se convierte en un fracaso; por ese entonces escribe también una novela policíaca bajo el seudónimo de Paul Benjamin que enseguida envía al único editor que conoce, y el cual se la devuelve diciéndole que es necesario corregirla, y le sugiere editarla bajo su propio nombre, pero Auster rechaza. (Años mas tarde otro editor que funda una casa editorial lo llama para preguntarle si tiene alguna novela escrita; Auster decide enviarla esta vez, pero poco antes de que la novela sea publicada la casa editora quiebra y la novela queda en cajas de cartón)
En 1979, y a los 32 años, varios acontecimientos importantes van a modificar considerablemente la vida del escritor:
-Paul Auster se separa de su primera esposa y toma un apartamento en 6 Varick Street en Manhattan. (…Ahí viví cosas muy importantes y formadoras a pesar de haber sido un período horrible y de miseria absoluta…) Sitio mítico hoy transformado en un ‘building’, en donde terminará su primera obra en prosa y empezará la primera de una gran serie de novelas hoy catalogadas importantes, rincón en donde se entera de la muerte de su padre y en donde poco después descubre que su abuela había asesinado a su marido: el padre de su padre… Escrito en un mes, terminé ‘Espacios Blancos’ un sábado de enero de 1979. Eran quizás las 2 o 3 de la mañana y me fui a acostar. Estaba seguro de que ese texto iba a ser un puente entre mis dos vidas de escritor. El teléfono sonó a las 8 de la mañana. Era mi tío para informarme que mi padre había muerto. Había sido una muerte súbita. De inmediato tuve una certeza: Supe que tendría que escribir acerca de mi padre…Empecé a escribir ‘La invención de la soledad’ unas semanas más tarde, en prosa; todo venía naturalmente…
Ese mismo año publica también la traducción de un texto de Georges Simenon: African Trio. Un año después sale publicado por fin ‘Espacios blancos’ y es en ese mismo período, que vuelve a encontrar al funámbulo Philipe Petit a quien había cruzado años atrás en una monocicleta haciendo malabarismos por las calles de Montparnasse… Estaba muy impresionado cuando supe poco después que Petit había extendido un cable entre las dos torres de Notre Dame y que había caminado por los aires durante horas; aunque lo que más me impresionó fue pensar en el aspecto clandestino de tal acto…
Un año más tarde Paul Auster conoce a la escritora Siri Hustved al asistir a una lectura de poesía de una amiga y ambos se enamoran inmediatamente. En 1982 publica su excelente antología de poesía francesa del siglo XX, The Random House Book of XXth Century French Poetry, notable no sólo por la selección de textos traducidos sino por los traductores que ha elegido, Ashbury, Beckett, Bowles, Creeley, Dos Passos, Eliot… etc. Pero lo más importante es que en ese mismo año también se publica ‘La invención de la soledad’ , un relato autobiográfico que evoca la muerte y las relaciones extrañas e inconclusas que lo ataban a su padre, y que obtiene un éxito considerable.
Corre el año de 1983 cuando sale editada una traducción de textos de Joseph Joubert, y ‘Una tumba para Anatole’ , el texto de Stephane Mallarmé basado en la muerte de su hijo.
A pesar del éxito obtenido con ‘La invención de la soledad’, 17 editores rechazan ‘Ciudad de Cristal’ en 1985 antes de que por fin uno de tantos se decida a publicarla. Esta es la primera novela de lo que pronto se conocerá como uno de los textos ineludibles en la obra de Auster : La trilogía de Nueva York. Al año siguiente, aparecen publicados también Fantasmas, y La habitación cerrada, con lo cual se cierra la trilogía.
Poco después, a los 40 años, se publica “En el país de las últimas cosas” novela de trama apocalíptica en la que Paul Auster ha trabajado durante 20 años y de la cual hará alusión al decir:…Escribir novelas es un proceso orgánico, y una gran parte de éstas sucede de manera inconsciente…
Un año después en 1988, nace su hija Sofía, de su matrimonio con Siri Hustvedt y también se publica una selección importante de su poesía bajo el título de ‘Desapariciones’. Su carrera literaria toma un rumbo distinto y las publicaciones se aceleran, ya que, en 1989 se publica también otra de las novelas en las que Paul Auster ha trabajado durante más de veinte años: El palacio de la luna, texto del cual hará referencia al decir en 1995 que es la novela que sin duda alguna se enraíza más en un tiempo y en un espacio específicos.
En 1990 se edita ‘La música del azar’ que incluye en su título una de las palabras claves en la vida y obra del autor: el azar. Ese mismo año el New York Times publica ‘El cuento de navidad de Augie Wren’ que cautiva al realisador Wayne Wang quien al leerlo toma contacto con el escritor y le plantea la posibilidad de adptar el escenario de un film que en 1995 se llamará: Smoke y que será completado inmediatamente por ‘Blue in the face’.
1992 llega para Paul Auster con la publicación corregida y aumentada de su libro de ensayos ‘Art of Hunger’, pero también con la publicación de Selected poems of Rene Char, al igual que Selected poems of Jacques Dupin, pero sobre todo con la publicación de su novela Leviathan que un año después obtiene el premio Medicis como mejor novela extranjera en Francia.
En 1993 sale ‘El cuaderno rojo’, que recopila una serie de relatos verídicos y misteriosos, mientras que en paralelo se publica su poemario Autobiografía del ojo.
Paul Auster ve la edición de una novela extraordinaria a los 47 años: Mister Vertigo, fábula maravillosa de un niño mendigo y huérfano que es descubierto en las calles de Saint Louis por ‘Maître Yehudi’, insólito personaje que le enseñará el arte de la levitación. A finales de diciembre empieza el rodaje de Smoke y Blue in the face junto al cineasta Wayne Wang con quien participa como co-realizador.
En 1996 Smoke obtiene el premio de mejor película extranjera en Dinamarca y Alemania.
Paul Auster publica en 1997 su biografía-ensayo ‘Hand to mouth’ en la cual narra las peripecias y dificultades de su ‘decisión personal de carrera’ antes de llegar a ser un escritor reconocido, planteando de nuevo el dilema en términos crudos: ¿Comer o no comer? Y en el cual el lector puede descubrir como cada vez que Auster cree tocar fondo sin la esperanza de poder salir a flote, una bolsa de estudios o una herencia personal modifica su destino alejándolo de esa melancolía que parece fatal.
…La cuestión fundamental es la siguiente: ¿Cómo ganarse la vida cuando no se ejerce una verdadera profesión? El trabajo literario no forma parte del juego económico planteado por el mundo de los trabajos normales…
Es también en 1997 que se publica Translations (una recopilación de textos de Paul Auster hasta entonces imposibles de encontrar) y que viaja por primera vez en su vida a Jerusalén y descubre un país desgarrado. En mayo es presidente del jurado del ‘cincuenta festival de Cannes, en Francia’ y poco más tarde empieza el rodaje de un film personal: Lulu on the bridge, período cinematográfico que durará aproximadamente cinco años, y durante el cual Paul Auster escribirá en sus ratos libres una novela: Tombouctou, que tendrá por primera vez una crítica severa cuando sale publicada en 1999.
El 11 de septiembre del 2001, Paul Auster observa desde el último piso de su casa el humo que invade el cielo de la ciudad, mientras que el viento arrastra hasta Brooklin los olores del incendio y los restos de papeles y curriculums que después de flotar en el aire terminan en el jardín de su casa. Poco después, consagra un artículo que será tomado por todas las prensas del mundo: …Todo el día, mirando las imágenes horribles en la pantalla de televisión y el humo atravesando mi ventana, pensé en mi amigo Philippe Petit, que había caminado entre las dos torres del World Trade Center en agosto de 1974, justo después de los trabajos de construcción de éstas. Un pequeño hombre bailando al borde del vacío, sobre cientos de metros, y en un acto de una belleza indescriptible…el último ataque sobre el suelo americano había tenido lugar en 1812…las consecuencias de esta agresión serán sin duda alguna terribles…Es así que finalmente el siglo veintiuno empieza…
La mala impresión dejada con la publicación de Tombouctou se borra tres años después, en el 2002, cuando aparece El libro de las ilusiones, una novela oscura, angustiante y trágica, en la cual las emociones resultan intensas, y en donde por otra parte Auster recordará los escenarios elaborados treinta y cinco años atrás, cuando había tratado de ingresar a la escuela de cine en París.
En abril Paul Auster viaja a Buenos Aires… El día de su regreso se entera de la muerte de su madre … no era una mujer culta, pero era todo amor…
Mezclando el vértigo al suspenso, la gravedad y las interrogaciones metafísicas en las cuales recoge todas sus obsesiones en medio de una búsqueda espiritual que incluso podría aparentarse a un taller de escritura, e incluso a una coreografía de Hitchcock, Paul Auster publica en el 2004 ‘La noche del oráculo’, verdadero alto voltaje al servicio de la incógnita y el misterio. Novela que se erige repentinamente en medio de un pasado literario ineludible, que se ha ido formando desde sus primeros años con la poesía, la traducción, el ensayo, la crítica y el teatro, hasta llegar al cine. Cabo de una narrativa extensa, fructífera, y mezcla de géneros. La noche del oráculo es sin duda una de sus más logradas novelas. Síntoma citadino y la búsqueda de sí mismo a través de un vagabundeo por los laberintos del inconsciente, el pasado y sus infinitas huellas aleatorias, que además invitan desde sus primeras líneas a un viaje poblado de sueños, alturas, deseos insatisfechos y seres incongruentes que indagan la pieza extraviada de un rompecabezas. Novela con la que el escritor norteamericano ratifica que la imaginación es una fuente de extravíos y laberintos en donde el tiempo se reserva las extrañas ventajas, las mismas en donde sin duda alguna Paul Auster a libro abierto es un misterio que está aún por venir.







Citaciones


-El amor es la única fuerza que puede detener a un hombre en la caída, la única en poseer esa potencia capaz de rechazar las leyes de la gravedad.
El palacio de la luna

-...Cuando se ha probado el futuro ya no se puede volver hacia atrás.
El palacio de la luna

-El simple hecho de errar en el desierto no justifica la existencia de la tierra prometida.
Ciudad de Cristal

-Un libro es el único lugar en el mundo en el que dos extraños pueden encontrarse de manera íntima.
Entrevista en El Express.

-La llave de nuestra salvación es poder dominar las palabras que pronunciamos. Forzar el lenguaje hasta que este responda a nuestras necesidades.
Ciudad de Cristal

-No se pueden poner los pies sobre la tierra si no se ha tocado el cielo.
El Palacio de la luna


-Si no estamos listos a todo, no estamos preparados para nada.
El palacio de la luna

-Nadie se descubre a sí mismo sino es dando una mirada hacia lo que no se puede ser.
El palacio de la luna

-La imaginación es el arte de dar vida a lo que no existe, es el arte de persuadir a los demás de aceptar un mundo que no está ahí.
El palacio de la luna.

-Despreciar a los niños es destruirnos a nosotros mismos, porque nosotros no existimos en el presente sino en la medida en que hemos puesto nuestra fe en el futuro.
Leviathán

-El libro es un objeto misterioso, y una vez que ha emprendido su propio vuelo todo puede suceder.
Leviathan

-Es en el hecho mismo de sobrevivir que existe el triunfo.
La habitación cerrada.

-El cielo en París tiene sus propias leyes, las cuales operan independientemente de la ciudad que se encuentra abajo.
La habitación cerrada.

-Hasta un niño sabe que cualquier verdad puede ser utilizada con el fin de cometer un engaño.
La habitación cerrada.

-La historia no está en las palabras sino en la lucha.
La habitación cerrada

-Sólo la oscuridad tiene el poder de abrir al mundo el corazón de un hombre.
La habitación cerrada.

-Nada es real, salvo el azar.
Ciudad de cristal.

-Las historias suceden sólo a quienes son capaces de contarlas, de la misma forma en que las experiencias se presentan únicamente a quienes son capaces de vivirlas.
La habitación cerrada.

-Toda persona tiene un número limitado de palabras.
Ciudad de cristal.


“…El mismo día en que terminé de escribir ‘La música del azar’,
un libro en donde todo es cuestión de muros, esclavitud y libertad,
el muro de Berlín cayó. No hay nada que concluir, pero
cada vez que lo recuerdo me da un escalofrío…”