Buenos días a
todos desde París. Desafortunadamente no
he podido estar presente en el fallo del premio BAM de cuentos de este año por
cuestiones de distancia geográfica. De ser
leídas estas líneas, gracias Philippe, entiendo que es porque mi libro “Coreografía del desencanto” fue el
elegido por el jurado del certamen como ganador del certamen 2018. De ser así, mi
primer agradecimiento es para los miembros del jurado por el fallo que imagino
siempre suele ser muy difícil. Gracias por el tiempo de su vida y la atención
que le otorgaron a mis narraciones (espero que mis personajes, en su mayoría
artistas neuróticos, marginales inconformes y casi todos insomnes melancólicos
no los hayan desesperado demasiado, pero si así fuera me alegra porque esa era también la
intención) De igual forma agradezco a todos los organizadores de este certamen,
al Banco Agrícola Mercantil por el premio en metálico, a la editorial F&G
editores y a las personas que en paralelo hacen que un libro más sea posible.
Debo decir
que aunque quisiera, hoy me es imposible enumerar los tantísimos detalles que
hicieron que este libro resultara tal cual, quizá porque la necesidad de reunir
y unificar cuentos en un libro, es muy
semejante a la necesidad de escribir sin saber lo que se va a descubrir, ya que
si algo tiene este ejercicio en común es el de la curiosidad de no saber con qué
nos vamos a encontrar al final (‘Uno escribe lo que puede y no lo que quiere’
decía Borges, con increíble lucidez) En su mayoría, lo 22 cuentos aquí reunidos
empezaron siendo pequeños universos anecdóticos y muy distintos de lo que hoy
son. Algunos incluso fueron durante algunos años la tentativa de lanzarme a
escribir novelas cortas y hasta dos o tres novelas largas, algo para lo que no
soy nada bueno… Quizá por eso preferí dejarlos descansar encima del piano,
llevarlos metidos en la mochila a todas partes, tenerlos siempre durante la noche
en la cocina o bajo la almohada, hasta que ya pasado cierto tiempo algunos
fueron rompiendo el cascarón, y decidieron vivir por si solos, y yo me atreví a
retomarlos de nuevo para dejarme llevar por los imprevistos de la imaginación y
acompañar a los personajes durante incontables horas de insomnio a lo largo de varios
años hasta que llegaron a ser lo que son… ( Ningún autor es bueno para hablar
de manera profunda sobre lo escrito y en lo personal desconfío de quienes
pueden hacerlo, así que lo mejor va a ser que ustedes lean el libro cuando sea
publicado en su momento)
Una pequeña aclaración:
¿Por qué “Coreografía del
desencanto” está dividido en tres partes encabezadas cada una de ellas por tres ciudades
distintas?
París, porque se trata de la ciudad en
donde he pasado la parte más larga de mi vida. Barcelona, porque es la ciudad
fugaz de Europa a donde siempre vuelvo para romper con el malhumor de los
franceses y el mal clima de París, y por ser el territorio ideal en donde me gustaría terminar algún día mi vida. Y Guatemala,
por razones que son más que obvias.. y en este punto quisiera subrayar algo
importante: … El año en que yo llegué a Francia con una beca del gobierno
francés para estudiar música (1985) fue el mismo en que falleció en la ciudad
de Albi el escritor guatemalteco Manuel José Arce. Yo nunca lo conocí, aunque
más tarde algunos de sus amigos se convirtieron también en mis amigos. Y es un
extracto de uno de sus textos (‘Yo no
quisiera ser de aquí’) el que se impuso como uno de los epígrafes que mejor sintetizan el ambiente que planea
sobre el ensamble de cuentos que forman este libro. El extracto dice así: “…uno
anda llevando su Guatemala adentro, como un amado cáncer, como una idea fija,
como un verde corazón que siempre duele al palpitar y que palpita siempre”.
La otra parte
del párrafo del texto de Arce que omití para no alargar el epígrafe, y que hace
referencia a Guatemala dice: “Yo no
quisiera estar aquí, Yo no quisiera ser de aquí. Y aunque me duele el dolor del
mundo, perdóneseme, pero me duelen menos otros países, que éste.”… La omisión no es anodina, y me fue dictada
probablemente con cierto optimismo por los mismos personajes de mis cuentos, que
me decían que ellos eran capaces de interpretarla o transformarla de forma más
esperanzadora, en algunas partes quizá más dramática, en otras tragicómica, y
hasta melancólica y absurda, pero siempre desde su propio exilio.
Espero de
todo corazón que cuando tengan el libro entre las manos encuentren en él algo
que los conmueva, que los irrite, que los divierta, por sobre todo que los
distraiga, o lo que sea, pero que no los deje indiferentes.
Quisiera
darle las gracias a mi hermana Giovanna, que hoy me representa y está compartiendo
con ustedes, porque siempre ha confiado en mis aventuras artísticas desde que
éramos muy niños sin ponerme nunca peros y aportándome incondicionalmente confianza,
cariño, tiempo y mucho entusiasmo.
Gracias a
todos los presentes ahora en Sophos, y gracias a mis amigos editores del
Periódico, La Hora, y la
editorial Magna Terra que nunca han dudado en publicarme y confiarme espacios
en los diarios y revistas con las que por su lado batallan. Espero poder
conocer a todos los presentes personalmente cuando “Coreografía del desencanto” se presente en Guatemala. Mientras
tanto les va mi amistad incondicional y un cordial saludo desde París.
Posdata:
Si no gané
por lo menos este discurso me va a servir para cuando me den un Oscar en Hollywood junto a Mickey Mouse y Pluto por los años juntos en Disneyland París. Qué
viva la literatura y que viva el Arte.
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