martes, 25 de marzo de 2008

Colores que saben volar


…Unas cuantas palabras, para despertar. Un vaso de agua del mar y un ramo de orquídeas ; a medio día sopa de crucigrama, y antes de irse a la cama, una copa de frases con miel de abejas, no tan fuertes para que el sueño no traiga rejas…
Así lo explicaba el mayordomo de la casa, a la nueva criada.
-…y sobre todo sin ruido, al gorila le gustan las palabras en silencio.


***

Volando aprendí a huir del perro que me perseguía. A diario lo encontraba en la misma esquina y empezábamos, yo a correr, y él a tratar de alcanzarme furioso. Durante meses me escapé por las nubes cuando sus colmillos estaban a punto de atraparme. Un día el perro aprendió a volar y desde entonces tengo forzosamente que abrir los ojos, angustiado, para ver la constelación septentrional de Pegaso. Es el despertar lo único que se me ocurre por el momento para librarme de las alas y los colmillos del perro, porque sería muy cínico de mi parte querer hacerle entender que sólo los caballos pueden volar y que yo no tengo nada de pirata.



Marlon Meza Teni.
Miettes de lune / Noches de pan con luna
Poèsie
Editions L'Harmattan. Paris 2004.
Poètes de cinq continents.

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