domingo, 23 de marzo de 2008

Acerca de la literatura en los desvíos del amor




Marlon Meza Teni


Queda claro que si pudieramos definir a cabalidad nuestra ruta de emociones, seguiríamos siendo las palabras de un hombre y una mujer que se encuentran, se aman y un día se abandonan, y que además, sin el amor como glándula del tiempo que busca dejar sellos y huellas, seguramente nuestras intenciones literarias tampoco existirían…Sería una lástima, si desde la idea platónica del andrógino como ser completo y dichoso, hasta estos amores epidémicos que golpean hoy las relaciones y en los cuales el amor reparte sus lamentos y grandezas -y aún si como Roland Jaccard pensáramos que la tristeza y el amor se pueden colocar en la primera fila de las ideas adquiridas en la adolescencia o en la infancia-, no pudieramos permitirnos la arrogancia de soñar o de identificarnos a esos Casanovas, a esas Princesas de Clèves, a esos Don Juan, o Señoras de Mortsauf, Valmonts y cuántos más aún… quienes con sus desgracias magnifican y consuelan las nuestras. Podríamos empezar haciendo una suma de tristezas y lamentos del amor para por lo menos entender que nuestros organos están cargados con los vicios del desgaste, las melancolías, los desprecios, las rupturas, los celos, los remordimientos, los engaños, los fiascos, los suicidios, los incestos ; y las soledades.
Nada puede aliviar el punzante y silencioso dolor que provoca una tristeza de amor ; y bastaría con tomar el ejemplo que la mitología griega utilizó (Zeus y Apolo separando al hombre, la mujer y el andrógino) para dividir la sexualidad y la eterna búsqueda de la mitad perdida, para comprobar que la escencia sentimental del ser humano es inmutable y comprender que cuando dos seres enamorados se separan, es la naturaleza humana, el cielo y la tierra, los dioses y los hombres los que de nuevo se encuentran separados ; acto de desunión que evoca la ruptura que hizo dos seres de uno solo. La castración del cielo por Kronos, y el castigo de los gigantes que se voltearon contra los dioses. (El génesis bíblico había mostrado con anterioridad un paralelo similar, trazando el amor entre Dios y el hombre, Adán y Eva, y la unión entre el espíritu y la materia, puesto que los ángeles y las hijas de los hombres habían engendrado gigantes Nefilim que poblaban en aquel entonces la tierra después de mantener relaciones ilícitas y voltearse contra el Dios del cielo)
Cada golpe emocional posee una descarga de desilusión, y en cada una de las tristezas del amor se entrevé la separación y la búsqueda de la unidad perdida.
Lemon Incest : Veinticinco siglos después de la transgresión fatal en la obra de Sófocles, la voz rota de Serge Gainsbourg murmura : Incesto de limón/Lemon incest/deliciosa niña/mi carne y mi sangre/oh mi bebé, mi alma, mientras cada religión y cada sociedad marca sus territorios codificando prohibiciones. Los colegiales de hoy comprenden mal el horror que atrapa al personaje de Racine luego del suicidio de su madrastra. El incesto, etimológicamente In-cest : “ sin castidad ”, traza la línea entre el orden humano y el desorden animal, entre la adhesión a un sistema de valores y la pérdida de toda referencia, y mientras que la ley enuncia reglas y condenas, la invención literaria no termina de evocar las tentaciones y los lamentos, las desviaciones y sus resbalos. Edipo se ha convertido en una apelación común, y sin embargo la desobediencia a las leyes divinas trae para Sófocles (¿como resultado de la culpa ?) los horrores del incesto y la peste en Tebas. Corneille saltará sin embargo más tarde en defensa del héroe otorgándole un margen de libertad (Edipo había sin lugar a dudas abusado, y sin embargo a través de su valor y su gesto final había asumido sus faltas y salvado la virtud) ; mientras que Voltaire termina desplazando la responsabilidad del incesto, del hombre hacia los dioses, y en la tragedia que presenta en 1718 hace decir a Edipo : Dioses impíos, mis crimenes son los vuestros…
Diderot, sexagenario se pone a soñar con el relato de viaje de Bougainville después de haberse casado con su hija y haber descubierto el dolor de la separación ; el mismo Diderot, que se coloca asimismo diametralmente opuesto con sus audacias anti-edípicas.
La literatura libertina traspasa sus influencias hasta nuestros días ; y Felicia, la heroina de Nerciat, como la estirpe de los Buendía en Cien años de Soledad (Gabriel García Márquez) o la enigmática Lolita de Nabokov sirven como insuperables emblemas. Felicia, que pasea su juventud y su disponibilidad, de mansiones privadas, a castillos, encantada por las posibilidades del corazón y el cuerpo. El capítulo titulado “ L’un de plus intéressants de l’ouvrage ” la hace descubrir que su amante del momento es su padre, y que su amante de la víspera no es sino su propio hermano. Más tarde el marqués de Sade le da al incesto su fuerza transgresiva y trágica legitimándolo en la Philosophie dans le boudoir “ El incesto, ¿es más peligroso que el adulterio ? No, sin duda, porque extiende sus lazos de familia y por consecuencia convierte en más activo el amor de los ciudadanos por la patria ; ya que nos es dictado por las primeres leyes de la naturaleza…” Dos novelas cortas en los “ Crimenes del amor ” están construidas alrededor del incesto, “ Florville et Courval ” sigue las aventuras de la virtuosa Florville, criminal a pesar de todo, incestuosa con su padre y con su hijo ; mientras que el relato de Eugénie de Franval narra los amores escandalosos y triunfales de un padre con su hija. La muerte golpea por fin a Franval en un bosque oscurecido por la tempestad ; y es en esa noche de lluvia, cuando Franval se suicida al igual que Florville, que se presentan los monstruos de nuestra prehistoria íntima y cultural, los mismos que obsesionan y hacen temblar a las tragedias griegas.
Don Juan : “Todo el placer del amor está en el cambio ”… Para Kierkegaard, que comenta largo y tendido la ópera de Mozart en las Étapas éroticas espontáneas, Don Juan no es, (para hablar claro) ni una persona, ni un individuo, sino una potencia invisible, la expresión del demoníaco deseo de vivir. Es una fuerza pura, desnuda, espontánea, que va más allá del bien o del mal y que como tal, no podría estar representada o transcrita sino a través del arte más espontáneo y abstracto de todos : La música. Don Juan es “ musical ” desde una punta hasta la otra, y la música es toda entera Don Juan ; y hablar de Don Juan respaldados por el lenguaje, instrumento del pensamiento y la reflexión, es hacer – que se quiera o no- el objeto de una discusión moral. Don Juan, viene a ser por otra parte el rostro mismo del escándalo. Don Juan impugna al amor, pone en duda a Dios, discute el absolutismo real. Los lazos son evidentemente estrechos. Don Juan, así como el Valmont de las “ Relaciones peligrosas ” (mi libro de cabecera) pertenecen a esos voluptuosos que según Baudelaire, habían anticipado la Revolución. Y Roger Vailland, en un ensayo acerca de Choderlas Laclos, no duda en hacer una especie de anti-Pascal, transformándolo en un precursor de todas las luchas sociales por venir : …El seductor por sistema, el libertino, que compromete su vida eterna de la misma manera que el materialista, porque como él, es insurrecto, desafía, niega la autoridad y jura que no pedirá jamás perdón… Los Don Juan del teatro español y hasta el de Molière no son dramas psicológicos sino metafísicos. En resumidas cuentas, Don Juan es uno de esos espíritus fuertes que combate en cualquier terreno, e indudablemente en el del amor.
Albert Camus, tomará por otro lado esta misma idea, haciendo de Don Juan, en el Mythe de Sisphe un prototipo del hombre absurdo. Sin duda alguna, Kierkegaard dará al mito de Don Juan, en el Diario de un seductor, la visión más interior y más moderna. Johannes, el seductor, es un Don Juan que tendría además del personaje de Mozart, la reflexión, y como todos los Don Juan comprende la seducción como un verdadero combate singular. Johannes es de todo, salvo un vulgar seductor o un perro faldero. Él, escoge a su víctima con tiempo después de largas reflexiones y dudas al respecto : … La desgracia sucede en que no es difícil seducir a una doncella, sino más bien encontrar una que valga la pena ser seducida…Es indispensable de hecho, para que la lucha sea interesante, que el adversario esté a la altura. Johannes lleva la seducción como un verdadero combate militar, con avances y retiradas estratégicas, incluso fingidas, como la que consiste en alabar frente a Cordelia, los meritos de su novio oficial. Johannes coloca en un segundo plano la posesión física de Cordelia, porque, lo que más desea es dominar su espíritu, concretisar su victoria a través de una noche de amor que será al mismo tiempo la primera y la última, y después de la cual el seductor no dejará más que recuerdos amargos. Johannes practica la seducción como un relato, una obra de arte : …Meterse como en sueño en el espíritu de una doncella, es un arte ; salir cuando se quiere, es una obra maestra…(Hoy en día Mario Benedetti corrobora lo ya escrito aquí, en su poema “ táctica y estrategia ”… Mi táctica es quedarme en tu recuerdo/no se como ni sé con que pretexto/pero quedarme en vos…y más lejos…mi estrategia es que un día cualquiera/no sé cómo ni sé con que pretexto/ por fin me necesites…) Kierkegaard continúa en la voz de Johannes…No me empeño en poseerla, repite a propósito de Cordelia, lo que me importa es gozar de ella en el sentido artístico. Su vida, escribe Kierkegaard en la introducción del Diario encontrado de Johannes fue la tentativa de realizar la tarea de vivir poéticamente, pues Johannes busca en el fondo eternizar esa etapa amorosa que Stendhal llama la “ cristalización ”…Pero bueno, si la vida y el amor encuentran un punto en el cual se reunen, ¿ en dónde encuentra la escritura un lugar par entrometerse ? Quizás en el intervalo o en la angustia del deseo y la soledad, porque los verdaderos Don Juan no escriben ; sólo logran la literatura aquellos que aman a la Werther y según las categorías establecidas en De l’amour : “ El amor a la Werther abre el alma a todas las artes, a todas las impresiones dulces y melancólicas ”… La escritura viene después, inspirada por el vacío ; y alguien que vive en la depresión de un estado melancólico podría asegurar ¡hoy estoy demasiado enamorado para poder trabajar !.
Stendhal da vida a dos libros en el abismo de la tristeza ; dos libros que cumplen el trabajo del duelo después de haber perdido al objeto del deseo. De l’Amour trata como un ensayo, de poner una distancia entre la pasión sentida por Metilde, la pena de amor más dura en la vida de Stendhal, quien escribe Armance, (primera novela que aparece bajo el nombre de Stendhal) en veinte días, del 19 de septiembre al 10 de octubre de 1826, precisamente después del día fatal, 15 de septiembre, en que Clementine Curial, llamada Menti, le anuncia el fin de su relación. En los márgenes del ejemplar Bucci d’Armance Stendhal anota : “ este libro fue hecho en la deseperación de una caida completa ” Para decirlo con las categorías propuestas en el primer capítulo del tratado De l’Amour, el amor pasional se opone al amor físico… Mientras más enamorado está un hombre, más grande es la violencia que lo obliga a atreverse a tocar únicamente de manera fraterna, y a arriesgarse a enfadar a un ser que a sus ojos, y semejante a una divinidad, le inspira al mismo tiempo un amor extremo y un respecto extremo… Es así como la tristeza causada por Métilde le da a Stendhal eso que llama “ una virtud cómica ” : La castidad.
Escrita entre desgracias de amor, Armance transmite al lector su propia y dulce melancolía sin causa y su impotencia para entender alguna razón, mientras que las palabras actúan como una frase musical : a través de la emoción y sin ningún mensaje que se pueda adivinar.
Por otra parte, las heroínas de Balzac, de Maupassant et de Madame de Lafayette, no conocen del placer del amor, sino lo que sus sueños nocturnos y solitarios quieren concederles. Destino trágico es desde luego el de la Princesa de Clèves, pues casada con un hombre al que no ama, se enamora perdidamente del Duque de Nemours, quien perseguirá también aquellos ardores en vano…Nada puede impedirme, confiesa al seductor Duque de Nemours reconocer que usted ha nacido con todas las disposiciones para la galantería, y con todas las calidades propias para lograr la felicidad. Usted ha vivido varias pasiones, y tendrá aún más, pero yo no haré su felicidad y lo veré para otra como lo hubiese sido para mí. Tendré una herida mortal y ni siquiera estaré segura de no vivir en la congoja de los celos. Virtud clásica de la época : La princesa se retira con el alma desgarrada a un convento (!)
En la abundancia de mujeres de gran excepción nos llega Louise de Macumer, como parte de “ Las memorias de dos jovenes casadas ” del mismo y perverso Honoré de Balzac, quien luego de crecer como las otras ¡en un convento ! está demasiado enamorada como para no sucumbir a las trampas del amor; casada por primera vez con un español desesperadamente enamorado de ella, y al cual matará por exceso de exigencias ; amará sin embargo de nuevo y sufrirá los demonios de los celos sin razón, los cuales esta vez serán fatales para ella, ¡pero ! no sin antes ofrecerse las satisfacciones corporales merecidas, y luego de vivir una pasión llena, entera, y religiosa…Un salto (ignorando muchas obras de la literatura) y llegamos hasta Maupassant. He aquí pues, Jeanne, la crucificada… la Jeanne de Une vie ( ¡a leer ! si tiene la oportunidad) nacida de los caprichos inconsecuentes de un sueño. Casada con un hombre rústico y brutal, al salir apenás de un convento (!vaya cadencia ! )... Violada durante la noche de bodas descubre a pesar de todo y furtivamente los placeres de la carne durante un viaje. A su regreso Jeanne es traicionada por su tosco y descarado marido quien prefiere las formas redondas de su hermana, luego de lo cual Jeanne acrecenta una aversión definitiva por el sexo, refugiándose más tarde en el fanatismo de la maternidad, pero su hijo la abandonará también, después de robarle sus ahorros. Jeanne, aunque perseguida por la mala suerte y rechazando el duelo de sus ilusiones perdidas, terminará sola en medio de un triste sentimiento de incomprensión. Pero es imposible concluir sin recordar los infortunios de la falsa virtud en un cuento de Balzac titulado Etude de femme (Estudio de Mujer) en los que éste narra con bastante maldad los deberes de la Marqueza de Listomère y un amor burlado…
Tinta ha corrido y correra bajo los puentes, y cualesquiera que sean los dramas que sucita el amor ; nadie escapa a su propio deseo. Tampoco la literatura, y si un falso pudor pudiera servir a las inútiles excusas del desamor o a la esperanza de las emociones irrecuperables, al menos podemos hacer nuestra la frase de Cocteau que asegura que “ Puesto que sus misterios nos dejan atrás, finjamos al menos en ser los organizadores… ”

París, primavera del año 2003

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