Marlon MezaTeni
Valentín era obispo en italia hace muchos años, y había hecho varios milágros, cuando un filósofo pagano vino a suplicarle que salvara a su hijo enfermo. Valentín –de quien solían decir que pudo además ser médico-aceptó, con la condición de que en aquella familia todos se convirtieran al cristianismo si el niño sanaba. Todo sucedió como en los bellos cuentos, y el niño sobrevivió… salvo que Valentín había sido advertido con anterioridad por sus tratos con los paganos, y que aquel milagro fue la gota que rebalsó los raros cántaros de la tolerancia religiosa, y por orden superior de Roma se ordenó dar muerte al obispo Valentín, quien desde entonces se convirtió sin saber por qué razones en el Santo Patrono de los apicultores y de los enamorados. La duda persiste, aunque seguramente los estudiosos medievales hicieron un lazo entre la luna de los enamorados y la miel de las abejas, de lo cual resulta simple y sencillamente una ‘Luna de miel’… Esto me lo contó un libro de hagiografía ( Historia de la vida de los santos ) en la biblioteca de Puteaux, en un pequeño pueblo que está unido a París unicamente por un puente sobre el río Sena.
El amor es un sentimiento tan profundo que vuelve tímidos a los temerarios. De él también se derivan las más bellas intenciones, como los peores desencantos ; y queda claro que si pudieramos definir a cabalidad nuestra ruta de emociones por el mundo, todos seguiríamos siendo las palabras de un hombre y una mujer que se encuentran, se aman, y un día viven muy felices o quizás se abandonan. Sucede que el amor es una glándula del tiempo que suele dejar sellos. El amor abre abismos y apaga o enciende estrellas. Borra distancias. Desconoce fronteras. Pero el amor no es literatura si no se escribe sobre la piel, sugiere una canción de Joan Manuel Serrat, aunque muchos sean los libros y las palabras con que miles de autores, o simples seres repletos de pasión han llenado la historia de la humanidad.
Por esos lamentos y por sus grandezas, ahora me atrevo a intercalar mis absurdos entre huellas e ilusiones, incluso con varias referencias literarias que a más de alguno parecerán extrañas, pero que en alguna noche podrían servirle a usted si se siente muy solo, muy abandonada, o viceversa ; o quizás también cuando se sienta dichoso, o hasta más triste que una guitarra sin cuerdas. El amor, es sin duda alguna, el único remedio contra todos sus contrarios, y aunque al amor no lo cure nada -ni siquiera el tiempo o la historia-, no se aflija, pues por amor vale la pena ser testarudo hasta con el olvido, aunque sepa, sin embargo, que es más importante amar que ser amado.
-No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo : en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele. Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra, y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman ; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace. (Eduardo Galeano)…
El amor, es sin duda alguna, la búsqueda y la espera más noble a la cual un ser puede consagrar la vida. Lea « Como agua para chocolate » de Laura Esquivel y « El amor en los tiempos de cólera » De Gabriel García Márquez, que son historias con todos los ingredientes del tiempo, por aquello de que usted esté viviendo impaciencias y crea que al amor nunca le llega el momento. Y es que algunas veces los amores se viven en medio de espinas, y hasta tienen un jardín no tan secreto del que poco le importa a uno lo que piensen los demás. De ser así ; a usted, el que quiso ; al que hoy ama, y al que seguirá conjugando los males y las alegrías del amor en pasado, y futuro imperfecto, le recomiendo leer aparte de los tristes y frescos « Romeo y Julieta » de Shakespeare y « Cyrano de Bergerac » de Edmond Rostand, los Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Neruda, pero antes que todo, la poesía completa, o la que encuentre de Mario Benedetti, quien logra un ritmo musical imprescindible a todo verso -en este caso los de amor- y que por otro lado forman una poesía hecha a la medida de cualquier circunstancia.
Porque te tengo y no / porque te pienso / porque la noche está de ojos abiertos / porque la noche pasa y digo amor / porque has venido a recoger tu imagen / y eres mejor que todas tus imágenes / porque eres linda desde el pie hasta el alma / porque eres buena desde el alma a mí / porque te escondes dulce en el orgullo / pequeña y dulce / corazón coraza … porque te miro y muero / y peor que muero / si no te miro amor / si no te miro / porque tú siempre existes dondequiera / pero existes mejor donde te quiero… (Mario Benedetti)
A usted, el que cree que en materia de hallazgos sentimentales es el mejor, el más afortunado, y también el más desgraciado cuando le toca un turno para llorar. A usted, el que ha perdido al amor cuando menos se lo esperaba. El que no cree más. Al que acaba de encontrarlo a la vuelta de una esquina, o en una cena de amigos. En un parqueo o en alguna discoteca. En un supermercado, un restaurante, o hasta en un avión mientras compartía su miedo a las nubes con su eventual vecino de catástrofes aéreas. A usted, que sabe que al amor se le ve seguido en donde menos se le espera, a ese amor que de pronto se ve inmiscuido en reclamos, histerias y barullos, le recomiendo leer « El libro de los amores ridículos » de Milan Kundera ; y descubrir –si aún no lo ha hecho- « Mañana en la batalla piensa en mí » « Corazón tan blanco » « Un hombre sentimental » « Mientras ellas duermen » y cualquier otro libro de Javier Marías, que sin duda alguna es uno de los escritores españoles contemporáneos de mayor peso. ¡Sin titubeos ! (Esto, porque quiero salirme de los márgenes tradicionales, y porque también estoy omitiendo muy a propósito los libros que cualquier académico arrogante le recomendaría como un credo ; pero si puede no deje de leer a « Doña Inés, Historia de amor » de Azorín, y los ineludibles de la literatura clásica –y libertina- francesa. Sería largo enumerarlos pero me atrevo a evocar a « Madame Bovary » y « La educación sentimental » de Gustave Flaubert. « En búsqueda del tiempo perdido » de Marcel Proust « La religiosa » de Diderot « Los Crimenes del amor » del Marqués de Sade, y desde luego « Las amistades peligrosas » De Choderlos de Laclos.
A quienes guardan un beso secreto en los pasillos de la memoria. Un beso del que nunca podrán hablar. Los besos son los termómetros del amor, y es a través de ellos que nos damos cuenta de la gravedad de su estado, dice Armand Silvestre.
Al que conoce la emoción y el placer de poder desnudar. Al que no inventa métodos para atraparlo y al que se expone a los inconvenientes. A quien el amor le haya cortado ya las uñas, limado asperezas y enjuagado el mal humor. A quien gracias a éste se descubre distinto cada mañana sobre la almohada, y al que se despierta con sus aromas pegados a la piel, me animo, y le recomiendo para salir de modas, leer del noruego Knut Hamsun « Pan » « Victoria » ; los « Amares » y el « Libro de los abrazos » del uruguayo Eduardo Galeano, y « Desnuda como la primera vez » de Humberto Ak’abal… Quise guardarte como guardan los pájaros su canto en el corazón… Y ya ves / sin saber cómo / tu nombre se me ha caído de las manos…
Soñé con escribir un poema que no dijera nada. Simplemente que me recordara algo, alguien…desnuda…como la primera vez. (Humberto Ak’abal)
Al hombre de amores urbanos y a las mujeres de encuentros y placeres mórbidos. Al rebelde y al testarudo que igual llevan el amor frágil, les suplico que lean « Ciento volando de catorce » los sonetos de Joaquín Sabina. Bendito sea el sello de los sobres / de las cartas que llegan a tus manos / la sopa del cocido de los pobres / la ropa que te quitan los veranos. Benditos sean los gordos maricones / el himen de las tímidas lesbianas / Los locos que se creen Napoleones / los mocos que se comen las fulanas … Benditas sean las rubias calentonas / que se bajan las bragas con cualquiera / las niñeras que salen respondonas / y arrinconan al niño en la escalera…Las enfermeras que suben la fiebre / las tetas de pezón hospitalario / los gatos que no dan gato por liebre / los gozosos del rosario…
Tambien « Las Putas asesinas » de Roberto Bolaño y la imprescindible literatura de Juan José Millás. Lea de él todo lo que pueda. Desde sus cuentos hasta sus mejores novelas « La Soledad era esto » « El desorden de tu nombre » y « Dos mujeres en Praga »
Al viejo que por amor se pinta las canas. A la mujer madura que un día se descubre llorando de alegría. Al viejo verde que ama en vivo y a todo color. A usted que ve en ella ternura y no gordura. Al que en alguna euforia dijo una palabra que luego lamentó. Al que por amor haya vivido el ridículo con la frente en alto. Al viejo que bendice el Viagra y al hombre que un día fue el niño que soñó en llevarle flores a su maestra. Al pobre que recorre distancias y gasta zapatos por ver la luz de su amor en la ventana. Al que usa la tinta de los sueños en cartas que terminan en chibolas de papel. Al que se sorprende llorando por viejas fotos o recuerdos hallados en un cajón de infancia. Al que sabe que al amor también le salen arrugas. A quien cree que el amor nunca enmohece, y al que ama en secreto y sin preguntas a un ser prohibido, lea « 5 horas con Mario » de Miguel Delibes « Unas Vísperas muy largas » de Mario Monteforte Toledo. « La velocidad del amor » de Antonio Skarmeta y el ineludible « Lolita » de Vladimir Nabokov ; pues hay bellos y raros amores con desvíos, a los cuales lo mejor es acercarse a través de la literatura y no de otra manera.
A quien le nace una gama de sonrisas cuando ve el nombre del ser amado escrito en algun sitio. Al que bendice los teléfonos celulares porque le permiten escuchar la música de su voz cuando anda de viaje. Lea la poesía de César Vallejo. Entre a http://www.palabravirtual.com/ Usted, el que ha envejecido en la soledad silenciosa de antiguos amores. El que siente taquicardias cuando oye una vieja canción. Al que cree en la poesía de José Alfredo Jiménez más que en la de Neruda, o al que prefiere las guitarras y el amor entre tequilas, antes que al vino entre cuerdas de Schubert. Al que haya leido Cien años de Soledad sin conmoverse y al que haya compartido la histeria de una telenovela entre hermanas, criadas y abuelas. ¡Lea poesía ! Lea « Soles » del argentino-guatemalteco Jorge Carrol. Al que sabe que con los labios se puede hablar de amor sin decir una palabra. A usted, el mismo que como al viejo de Luis Sepulveda, le gusta leer novelas de amor. A usted, el que piensa como Mario Benedetti que si Dios fuera una mujer que lindo escándalo sería, y que sabe también que una mujer desnuda y en lo oscuro tiene una claridad que nos alumbra. Al que aún cree que el amor perdido se fue de viaje con un boleto de ida y vuelta. Lea toda la poesía de Luis Alfredo Arango, lea « Los doce cuentos peregrinos » de García Márquez y « La cueva sin quietud » de Monteforte Toledo.
¡Lea poesía ! Baje nubes y póngalas de almohada aunque sus sueños amanezcan húmedos y no encuentre sol para secarlos. A usted, al que engañaron y sigue confiando. Al que engañó y aún sufre por el daño causado. Al ser anónimo que busca en internet las palabras de un desconocido que puedan traerle la ilusión de una caricia. A usted, el que un día fue hostigado por amores y que hoy ha puesto su última fe en los evangelios de una agencia matrimonial, así como se pone la tristeza de los muertos en una funeraria. A usted, el que sabe que muchas veces los recuerdos suelen contar mentiras. Al que sabe del secreto que el amor procura en una cocina compartida a dos. Al marido que no recuerda la edad de su mujer pero que nunca olvida su cumpleaños. Al hombre que sabe que las mujeres lindas son para los hombres sin imaginación, y al que aún se emociona con un timbrazo o el ruido de un motor que asoma desde lejos. Al homosexual que siente lo mismo. A la prostituta que descubre una emoción en lo que ya creía que era un desierto de lágrimas. Al que después de darle la vuelta al mundo encontró el amor en la amiga fiel del barrio. A quien haya anochecido en la incomprensión de un amor incestuoso. Al que conserva caricias de azul en los rincones más secretos del cuerpo. Al que sabe que el eco del amor es el recuerdo y que donde el eco del amor se pierde nace el olvido.
A usted que sufre más de la manera en que perdió, que de lo perdido. Al que confió una, dos y tantas veces. Al que salió defraudado y sin embargo aún hoy confía en las ventajas del amor. Al que como Cortázar también puede decir No me dés tregua, no me perdones nunca / Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que vuelves. / ¡No me dejes dormir, no me des paz ! (…) No seas caricia ni guante (…) Desespérame.
A esos que al hacer un balance de sus tristezas, lamentos, y los vicios del desgaste y sus melancolías. A los seres de rupturas, de celos, remordimientos, engaños, fiascos, distancias, y a los que coleccionan soledades. A esos que comprenden que nada puede aliviar el punzante y silencioso dolor que provoca una pena de amor, y que hacen suyo el ‘El manual para salvar el odio’ de Julio Cortázar, al decir… Cuando ella o él te dejen no perdones / Niégate a comprenderlo / Cultiva bien tu odio / Nunca seas generoso en palabras o en olvido…Cuando ella o él te dejen, nunca digas adiós, o ‘Qué vamos a hacer’ / Maldice cada letra de su nombre / y júrale odio eterno mirándole a los ojos… Cuando ella o él te dejen, nunca creas ni justificaciones ni promesas / y busca las palabras más hirientes / El insulto más infame que conozcas (…) Porque cuando ella o él te dejan / habrá alguien tarde o temprano esperando en otra esquina / y volverán a gozar en otros brazos / y dirán ‘Te amo’ y ‘Ven, dámelo todo’… Y olvidarán… ¿Para qué entonces mentir ? / Que ella o él se lleven nuestro odio…Para siempre.
Al que que como don Juan, vive persuadido que la seducción es meterse en el sueño y en el espíritu de una doncella como un arte, y que salir cuando se quiere es una obra maestra, y en el equivalente de « táctica y estrategia » de Mario Benedetti que dice Mi táctica es quedarme en tu recuerdo / no se como ni sé con que pretexto pero quedarme en vos…mi estrategia es que un día cualquiera / no sé cómo ni sé con que pretexto/ por fin me necesites…
Al que sepa que cualesquiera que sean los dramas que sucita el amor, nadie escapa a sus propios deseos, y a ese que cree en el amor y en la poesía como en el más acertado antónimo de las leyes de la religión y del dinero. Lea sin embargo la Biblia que está llena de historias de amor sin decretos. Del amor, de Stendhal ; y no olvide que la poesía es el último refugio del silencio y de todas las libertades.
Estas palabras son para el que sabe que si un falso pudor pudiera servir a las inútiles excusas del desamor, o a la esperanza de las emociones irrecuperables, al menos podría hacer suya la frase de Jean Cocteau que asegura que ‘Si los misterios del amor nos dejan atrás, podríamos fingir al menos en ser los organizadores’
Al que se anima a leer la parodia de « Los derechos humanos » como una epístola de amor y que sabe que tú, el, ella, nosotros, ustedes, ellos, ellas, y yo, podemos conjugar el futuro de un planeta en donde los libros de amor y de poesía pueden más que las fronteras y sus guerras.
Granos de amor y desamor
-Dios hizo el coito. El hombre hace el amor. Los hermanos Goncourt
-Amor es la clave que permite abrir los corazones, los sexos, las sacristías… Henri Laborit
- Mientras más desnudo está el amor, menos frío tiene. John Owen
- El hombre ama poco y seguido ; la mujer ama mucho y rara vez. Madame B.
- Cuando una mujer tiene una profesión no necesita un marido, con un amante le basta.
Alfred Capus
-Una mujer que tiene un amante es un ángel, una mujer que tiene dos amantes es un monstruo, Una mujer que tiene tres amantes es una mujer. Victor Hugo
-Las mujeres prefieren a los hombres que las toman si comprenderlas, y no a los que las comprenden sin tomarlas. Marcel Prevost.
-El matrimonio es la traducción de un poema de amor. Alfred Bougeard
-El suspiro de una mujer enamorada llega más lejos que el rugido de un león. Proverbio Arabe
-La fidelidad no es una prueba de amor. Es sólo falta de curiosidad. Proverbio Italiano
-Hay amores que comienzan con un sueño y terminan en un bostezo. Jean Sarment
-Anuncio Matrimonial : Miguel, en la cuarentena, cascarrabias, con un carro viejo, algunas deudas, haragán de vez en cuando, no muy guapo y para nada deportista, busca una mujer que se sienta motivada por la vida…
-Las caricias son tan necesarias a la vida de los sentimientos, como las hojas lo son a los árboles. Sin ellas, el amor se muere desde la raíz. Nathaniel Hawthorne
-Hay un placer delicioso en abrazar a una mujer que le ha hecho a uno mucho daño, que ha sido su cruel enemiga durante mucho tiempo, y que está lista a seguirlo siendo todavía. Stendhal
-Lo espantoso no son los amores que rompen, sino los que se pudren. Maurice Chapelan
-Placer de amor no dura sino un momento. Tristeza de amor dura toda la vida. Florian
-Arránqueme, señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme. Eduardo Galeano
-La ternura es el descanso de la pasión. Joseph Joubert
-El amor le pone alas hasta a un cerdo. Ricardo Arjona
-Te reto a que me olvidés.Y que tu todo no tiemble. Y que no falle. Y que no entierre.
Alan Mills
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